Eva Serrano: "Acabo el confinamiento sin segunda PCR y me dicen que si contagio mala suerte"

La sexta ola está desbordando, una vez más, al sistema sanitario. Los protocolos cambian a la velocidad de la luz y entenderlos se hace, cada vez, más engorroso. Eva Serrano, una joven que lleva encuarentenada diez días después de haber dado positivo en un test de antígenos, denuncia la falta de información y la contradicción de los mensajes recibidos en las últimas semanas. La afectada, que se encuentra confinada con su pareja, denuncia que los médicos de cabecera les han dicho «cosas totalmente diferentes», protesta. «A él le han citado para una segunda PCR mañana jueves, para confirmar que sea negativo, que ha pasado la enfermedad y que, por lo tanto, no contagia», sin embargo su realidad no es la misma. Minutos después de que su chico colgase el teléfono, su doctor la contactó para informarla de que «ya podía salir a hacer vida normal». Ante esta afirmación le comentó que estaba aislada con su pareja y que a él si le habían citado para una segunda PCR. «Me dijo que no entendía porque le citaban, que ya no hacía falta y que no me iba a dar la cita», protesta. El caso es que Eva sostiene que ese no fue el mensaje que se le trasladó cuando le comunicaron su positivo en Covid-19. «A mi lo que me dijeron fue que al haber dado positivo en antígenos, me harían una PCR para confirmar el positivo y que a los 10 días me la repetirían para garantizar que ya no fuese contagiosa». Hoy, lamenta, las instrucciones son otras. Ante la insistecia de la joven, el médico de cabecera ha sido contundente: «Me ha dicho que si soy contagiosa que mala suerte para el que contagie», denuncia perpleja. La preocupación por propagar el virus es ahora lo que más ocupa la cabeza de la afectada. Y es que después de unas Navidades alejada de los suyos no sabe qué decisión tomar sobre si sentarse a la mesa con su familia o no. «Si decido ir a cenar , imagino que me haré pruebas por la privada». La muchacha no sale de su asombro, pues la realización de un segundo test no es su única queja, también denuncia la falta de seguimiento por parte del SERGAS. «Soy asmática, ya lo dije cuando me llamaron, y me dijeron que me llamarían los rastreadores para hacer un seguimiento. A mi pareja si le han llamado, pero a mi nunca», apunta. El caso de Eva Serrano no es un caso aislado. Los cambios en los protocolos, las informaciones cruzadas o la desinformación tienen en vilo a gran parte de la población, que cada vez tiene menos claro qué tiene que hacer.