Un proyecto de Agrovidar recibe el segundo premio a la protección mediambiental del año 2021
Se trata de un proyecto piloto pionero en España para controlar el desarrollo de la vegetación situada bajo las líneas de transporte de electricidad
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Un proyecto de Agrovidar recibe el segundo premio a la protección mediambiental del año 2021
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Logroño
El proyecto Pastoreo en Red de 'Agrovidar' ha recibido el segundo premio en la categoría de Protección del Medio Ambiente en los Premios a las Mejores Prácticas del año 2021 en Europa, otorgados por THE RENEWABLES GRID INITIATIVE (RGI).
Se trata de un proyecto piloto pionero en España para controlar el desarrollo de la vegetación situada bajo las líneas de transporte de electricidad mediante el pastoreo de ganado ovino. La iniciativa, Pastoreo enRED, incorpora conocimiento e innovación tecnológica a la ganadería extensiva, ya que la supervisión del estado de la vegetación se realiza mediante vuelos de teledetección (drones) y el seguimiento de las ovejas se realiza mediante la colocación de collares con GPS a algunos ejemplares.
El proyecto previene los incendios forestales, fomenta la biodiversidad e incrementa el capital natural. Además, impulsa un nuevo yacimiento de empleo para quienes ejercen el pastoreo, favorece el recambio generacional, el desarrollo socioeconómico de las zonas rurales y fija su población. El Grupo Red Eléctrica prevé replicarlo a otras regiones del país.
"La red de transporte de Red Eléctrica tiene unos 44.000 kilómetros bajo los que hay calles de seguridad que hay que podar para evitar que la vegetación crezca y alcance los cables
Pastoreo 'enRED'
Pastoreo enRED surge como la alternativa más sostenible para desbrozar las "calles de seguridad" bajo las líneas de la red de transporte en áreas forestales donde el desarrollo del arbolado ha de ser controlado para que no alcance los cables conductores. Habitualmente, estos trabajos de poda y tala se llevan a cabo con maquinaria, pero el pastoreo recurrente se ha evidenciado ideal para este fin por efecto de la ingesta de vegetación que hacen los animales, del pisoteo, del sesteo, esto es, el tiempo que permanecen tumbados, y del redileo, la materia orgánica que dejan. Con el continuado paso del ganado se modifica la composición de las especies vegetales, ya que cuando las ovejas consumen los brotes de matorral, debilitan su vigor y su capacidad de rebrote mientras que se estimula la aparición de vegetación herbácea más palatable.
Los trabajos comenzaron en octubre del 2019. Tras la toma de imágenes multiespectrales del terreno con drones para conocer el estado de vigor de la vegetación, se elaboró un plan de pastos para conseguir el mejor aprovechamiento por parte del ganado y delimitar de forma digital las áreas de intervención prioritaria (un corredor de 3,5 kilómetros de longitud y unos 30 metros de ancho), de aquellas a preservar por existencia de procesos erosivos.
La colocación de dispositivos GPS en algunos ejemplares del rebaño ha permitido conocer detalladamente su localización y su permanencia en cada área. Los vuelos de dron, los sistemas de información geográfica y la teledetección han facilitado la gestión y coordinación de las labores de desbroce. "Las nuevas tecnologías están siendo de vital importancia para el desarrollo de este proyecto", expresa el director de Agrovidar, Gonzalo Villalba.