Lechona, cordero y sopa de Navidad para esta Nochebuena en Es Refugi
El albergue acoge a una veintena de usuarios con dificultades económicas
Palma
Lechona al horno, cordero y sopa de Navidad es el menú especial que cenarán esta Nochebuena los veinte usuarios del centro de acogida de Es Refugi de Palma. Todos son hombres y muchos rozan la edad de jubilación. Los altos precios de los alquileres y los trabajos temporales impiden que puedan independizarse.
Eduardo Fernández es el cocinero. Esta semana han podido disfrutar de platos más elaborados gracias a las donaciones privadas de empresas o comedores escolares. En el menú no faltará la carne, las patatas, judías verdes y piña en rodajas de postre.
Entre los usuarios hay algunos musulmanes, por lo que hay alternativas al cerdo como el cordero o el pollo.
En la entrada del centro hay una estrella roja y algunas luces de Navidad. Dentro, junto a la contraseña del 'wifi', hay carteles en cada esquina, ya descoloridos, de la obligatoriedad de llevar la mascarilla. Los usuarios apuran las últimas horas antes de la Nochebuena leyendo la prensa, sobre todo la información deportiva, y otros viendo las noticias en el móvil o la tablet.
Juan Miguel López le pide al cocinero un poco de leche para hacerse un café. Después de haber estado toda su vida en el sector turístico, ahora a sus 64 años lamenta que nadie le llame para un puesto de trabajo.
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan son los altos costes de los alquileres. Mohamed Ait Idmou tiene 62 años y habla cinco idiomas. Trabaja durante la temporada alta como recepcionista de hotel, decorador de habitaciones de cruceros o de conserje. Su último empleo, hasta hace unas semanas, en el control sanitario en el aeropuerto de Palma.
Prefiere ahorrar cuando no trabaja y quedarse en el albergue para destinar el poco dinero que le queda a su familia en Marruecos.
El objetivo de Es Refugi es incentivar la reinserción laboral, pero con la crisis sanitaria se han paralizado las entradas y las salidas de usuarios. Uno de los objetivos que se marca la entidad a corto plazo es abrir un nuevo centro para mujeres. Su gerente, Toni Cañellas, asegura que hay perfiles diversos.
El problema del alquiler impide que los residentes de Es Refugi puedan encontrar un piso y hacer frente a los gastos mensuales con una ayuda social o con un trabajo temporal. Según Cañellas, lamentablemente acaban siendo trabajadores pobres.