SER Deportivos ValenciaSER Deportivos Valencia
Fútbol | Deportes
LEVANTE UD - OPINIÓN

Quico Catalán, esta es tu obra

El presidente ejecutivo se presentará en la Junta General de Accionistas del 22 de diciembre con un déficit superior a 23 millones de euros, sin estructura deportiva, sin entrenador y sin proyecto

Quico Catalán, presidente del Levante UD(www.levanteud.com)

Quico Catalán, presidente del Levante UD

Valencia

Les reconozco que mi cabeza ya no está para más actos de fe, ni mi corazón para creer en milagros después de la bochornosa eliminación copera del Levante ante el Alcoyano.

Lo que ocurrió en El Collao no deja de ser otra muestra palpable de la degradación deportiva que puede llegar a sufrir un club en cuestión de meses por encadenar decisiones erróneas, de una torpeza mayúscula y que por desgracia ya son irreversibles.

Resulta muy duro e inaceptable hablar de un descenso virtual del Levante en el mes de diciembre, cuando hay por delante dos derbis para cerrar la primera vuelta de LaLiga y 57 puntos por jugar de la segunda ronda del campeonato.

Sus rivales se han distanciado y está obligado a remontar más de siete puntos para pelear por la permanencia, pero por desgracia esta plantilla ya no ofrece respuestas para otro imposible. El Levante necesita que el Cádiz, el Getafe, el Alavés, el Elche y el Granada no sumen muchos puntos en sus duelos directos para estrechar los márgenes en la clasificación, pero lo que es una utopía es que el equipo que entrena Alessio Lisci gane nueve o diez partidos de 21 y puestos a soñar que se garantice 15 puntos contra esos cinco clubes.

Desde que Quico Catalán es presidente del Levante ningún equipo que en la decimoséptima jornada había sumado menos de 13 puntos se logró salvar. Su Levante lleva 8 y todavía no ha conseguido ni una sola victoria.

La última derrota liguera en Cornellà y la eliminación de la Copa en Alcoy son el punto de no retorno en el transcurso de una temporada caótica. Ahora, sólo nos queda la resignación y prepararnos para que el impacto se cobre el menor número de víctimas posibles.

No soy apocalíptico, soy realista. En estos casos, cuanto antes interioricemos el dolor que produce la perdida de la categoría más pronto estaremos preparados para el enorme reto de recuperarla en la siguiente temporada. De Segunda se puede salir con un buen proyecto, pero del pantano en el que se ha metido Quico Catalán es mucho más difícil.

El levantinismo no quiere escuchar más mensajes de autocrítica inocua y está harto de lamentaciones atemporales, lo que espera son soluciones reales que garanticen el futuro de la entidad y necesita testar cuál es el plan de rescate que el presidente ejecutivo tiene preparado para salvar a su club de la crisis deportiva y económica en el que él mismo lo ha metido.

Los focos ya no apuntan hacia una dirección deportiva inexistente desde que Luis Helguera presentó una carta de renuncia en febrero de 2019 y Tito estaba amortizado. La contratación de Manolo Salvador y de David Navarro fue un injerto improvisado tras la negativa del director deportivo del Real Valladolid, Miguel Ángel Gómez y que supuso la autoproclamación de Quico Catalán cómo máximo responsable del área deportiva.

La autoría de lo que ha pasado en materia deportiva durante los últimos cuatro ejercicios tampoco se le puede atribuir a Paco López, ni a Javier Pereira y ni mucho menos al joven Alessio Lisci, al que le regalaron una bomba de relojería envuelta en papel de celofán.

Los jugadores tienen una cuota importante de responsabilidad por lo ocurrido en estos cuatro meses, porque hay partidos que una plantilla no los puede perder o empatar al margen del entrenador que ocupe el banquillo. No ha sido un problema de actitud, ha sido un problema de capacidad y simplemente se evidencia que algunos ya no están para competir ni contra un equipo que milita en Primera RFEF y otros hace mucho tiempo que son hologramas que aguardan el final de sus contratos.

Me produce una enorme tristeza pensar que el mismo presidente ejecutivo que liquidó una deuda concursal de más de 65 millones de euros y que convirtió al Levante en un club saneado y rico en el verano de 2018, tras recibir 40 millones de euros por las ventas de Lerma y Boateng, se vaya a presentar en la Junta General de Accionistas del 22 de diciembre con un déficit superior a 23 millones de euros, sin estructura deportiva, sin entrenador y sin proyecto.

Una empresa que presenta estos resultados económicos, que no ofrece soluciones deportivas y que un posible descenso le despojará de los beneficios del nuevo contrato televisivo que la LFP ha firmado para los clubes que militen en Primera, solo conduciría al despedido fulminante del máximo responsable, pero es que Quico Catalán actúa como el jefe infiltrado de la compañía y no se puede cesar a sí mismo. Y ahora, ¿Qué hacemos?

José Manuel Alemán

Redactor de Deportes en Radio Valencia

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00