No estamos a salvo

Valencia

La violencia machista no entiende de clases sociales, de nivel económico o cultural. Los hemos comprobado, de la forma más dolorosa, hace tan solo una semana, cuando supimos que un hombre había matado a su novia en su casa, en pleno centro de València. El presunto asesino, ahora en prisión provisional sin fianza, tiene 35 años, era profesor de derecho. Su víctima, una joven de 30 años, tampoco encaja en el perfil que, basado en prejuicios, tenemos de una mujer maltratada. Y es que ahí está el problema, en que seguimos pensando que eso no sucede en determinados entornos. Y sí que pasa, de puertas para adentro, con consecuencias graves siempre, mortales en ocasiones. Un fenómeno estructural y transversal, que atraviesa toda la sociedad. Ninguna estamos a salvo. Y deberíamos estarlo.