Piden autorización para la instalación de dos parques eólicos en Gipuzkoa
El primero estaría situado en la cima de Trekutz, entre Urretxu y Antzuola, y el segundo en Buruzai, y afectaría a Azkoitia, Urretxu y Zumarraga
Bilbao
La empresa Cilda Energy ha iniciado los trámites para la construcción de dos parques eólicos en Gipuzkoa, en Trekutz y en Buruzaiz. El primero, se anunciaba el pasado 30 de noviembre cuando el Boletín Oficial del País Vasco y el de Gipuzkoa publicaban el acuerdo, firmado por el delegado territorial de administración industrial del territorio, en el que se solicitaba la autorización administrativa previa para el parque eólico.
En este parque, situado entre Urretxu y Antzuola, se prevé la instalación de dos grandes aerogeneradores, unos de los más grandes del mercado en estos momentos, con unas torres de 115 metros de altura, palas de 83,33 metros de longitud y una potencia de 12 megavatios. Su precio es de 7,5 millones de euros y el presupuesto de su instalación está estimado en más de 9 millones.
Por su parte, el Boletín Oficial del País Vasco publica este viernes la petición de la empresa para instalar cuatro torres más en Buruzai, entre Azkoitia, Urretxu y Zumarraga y una potencia total de 18 megavatios. Como es habitual en estos casos, se ha abierto un plazo de veinte días para que otras empresas interesadas puedan presentar solicitudes de competencia.
Primeras impresiones
La instalación de estos parques eólicos en el territorio puede provocar graves consecuencias para el medioambiente, tal y como explica Javier López de Robles, de Eguzki: “En ningún proyecto se ha hecho un estudio exhaustivo de cómo va a afectar la instalación de estos parques, pero afectan mucho. La propia obra de construcción afecta al desarrollo de la vegetación, de las aves y del paisaje y supone un impacto importante en las aguas y caminos que utilizan las comarcas. La duración de un molino es de 12-15 años, la duración que ese impacto puede tener, sobre todo para las aves, es mucho más duradera”.
“No se puede hacer todo lo que proponen y menos sin consultar a las localidades y sin valorar las consecuencias que puede tener en el entorno. Eguzki no está en contra de la energía eólica, pero si está en contra de la forma en la que se está planteando cada proyecto. Lo que se tiene que hacer es un diagnóstico y una evaluación de las necesidades y del territorio. Eguzki lo que propone es que sea energía local, pública y consumida a corta distancia para que sea lo más renovable, efectiva y alternativa posible”, concluye.