Política

Manuela Carmena: "Odio el término 'carmenista', no me gusta nada que lo invoquen"

Manuela Carmena cuestiona en La Ventana de Madrid la deriva política de Más Madrid

La ex alcaldesa respeta las estrategias del partido de Errejón: "No era mi alternativa"

Carmena ve necesario que Madrid de un salto "por el progreso"

Manuela Carmena, en La Ventana de Madrid

Manuela Carmena, en La Ventana de Madrid

Madrid

Manuela Carmena acaba de presentar La joven política, su último libro en el que cuestiona la estructura y funcionamiento de los partidos políticos en la actualidad. "La evolución social es muy rápida y lo que valía a principios del XX. Las estructuras están deshechas y lo único rige al partido es ganar elecciones y se sacrifica la esencia de la política que es modificar las condiciones de vida de los ciudadanos", ha dicho la exalcaldesa

Carmena ha reflexionado sobre la evolución política del que fuera su proyecto político -Más Madrid- y en lo que se ha convertido en la actualidad, que respeta pero que no se parece al proyecto que ella quería impulsar. "Fue mi culpa. Yo no tuve la lucidez para darme cuenta, que por mucho que yo insistiera, que era una plataforma en la que iba a haber personas independientes y de partidos y que en esa plataforma no iban a dar las indicaciones los partidos, eso o no se entendió o no lo supe explicar. Efectivamente, no tuvo éxito", ha reconocido. 

La exalcaldesa de Madrid es muy clara cuando se le pregunta por el término carmenista que se atribuyen los cuatro ediles que forman parte en la actualidad del grupo mixto y que abandonaron Más Madrid: "El término lo odio. Odio que se definan actitudes en relación a personas. No me gusta nada que lo invoquen ni que los invoquéis. Tengo muy buenos amigos en ambos grupos. Hay personas muy válidas. Hay que plantear las ideas, no la vinculación a las personas".

El activismo no es gestión

Las alcaldías del cambio surgieron en 2015 con un inesperado éxito electoral. En aquellas listas recalaron personas independientes y algunos líderes activistas que no siempre supieron entender la gestión. Preguntada por si el activista puede ser un buen gestor, Carmena señala que el activismo "hace difícil la capacidad de escuchar al otro. Yo tenía mucha esperanza que la manera más fresca de generar nuevos líderes políticos era el activismo y mi experiencia me ha hecho pensar que no es lo más adecuado, que hacen falta más cosas".

Carmena entiende que Madrid necesita un cambio, pero descarta completamente una vuelta a la política. Matiza que no es la izquierda quien debe recuperar Madrid sino las políticas de progreso: "Esta ciudad tiene que dar el salto por el progreso. No puede estar atascadas por ideas del franquismo y hay cosas que son del siglo pasado. Cosas que dices Dios mío, ¿esto de qué va?"

Cañada Real: el fracaso de la política

Preguntada por la situación que se vive en la Cañada Real Galiana, donde dos sectores permanecen sin luz desde hace más de un año, Carmena exhibe su indignación por lo ocurrido y pone como ejemplo lo que pasó con el Gallinero cuando, antes de los realojos, el Ayuntamiento de Madrid decidió asfaltar la zona para evitar que los niños llegaran a clase llenos de barro. No comprende por qué no se hace nada y se fijan plazos tan largos para encontrar soluciones: "De verdad, no hay derecho a que en esta sociedad esté pasando lo que pasa en la Cañada. Y si como ciudadana, pudiera asumir esa responsabilidad que yo planteo en el libro que como colectivos pudiéramos tener inversiones para poder resolver los problemas de la sociedad diría, contad conmigo".

 
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