Joel Álvarez: "Lo que más me satisface es que en Gijón me reconozcan por la calle"

Gijón

"El sueño se ha hecho realidad. Es una pasada, para un chaval de El Polígono, pasar de ver combates en casa y en los videojuegos a pelear en Las Vegas". Así define Joel Álvarez lo que siente tras su espectacular victoria en la UFC contra el brasileño Thiago Moisés, que le ha supuesto colocarse en el puesto 15 del ránking mundial en el peso ligero. Una victoria arrolladora, fraguada en solo 181 segundos, que le ha convertido de pleno derecho es uno de los grandes de las artes marciales mixtas a nivel internacional. La repercusión ha sido extraordinaria a nivel mundial, aunque 'El Fenómeno' admite que lo que más ilusión le hace es "que me reconozcan en las calles de Gijón. Me acaba de pasar echando gasolina: el chico de la gasolinera me ha felicitado y me dijo que había visto el combate. Recuerdo que hace poco tenía que explicar a todo el mundo cómo era mi deporte".

Tras el frustrado intento de saltar el charco hace meses, por un problema con el visado, este sábado llegó la gran oportunidad para Joel, que a pesar de todo se mostró "sorprendentemente tranquilo" antes de meterse en la jaula con su rival. Eso posiblemente se notó durante la pelea, resuelta en 181 segundos vibrantes. "Fue un combate rápido, mucho más de lo previsto. Esperábamos una pelea que se alargase más. Sí es verdad que íbamos con la mentalidad de terminar antes del límite. No conocemos la victoria por decisión de los jueces; nunca damos esa opción", explicaba Joel en SER Deportivos Gijón.

El combate fue tan breve que no llegó al suelo, una de las especialidades del peleador gijonés, pero evidentemente no la única. De hecho, la pelea del sábado le sirve para reivindicarse: "Se me puso la etiqueta de ser un peleador de suelo, porque casi todas mis victorias fueron ahí, pero yo soy un peleador arriba. Soy un golpeador, como demostré el sábado. Ahora ya están avisados en la división", dice entre risas.

Su altura (1.90) le ha generado algunos quebraderos de cabeza con la báscula, aunque tiene claro que "el ligero es mi peso". De hecho, en Las Vegas se pasó del límite por unos gramos, pese a sus esfuerzos por sudar el mismo día de la pelea. Para corregirlo, empezará a trabajar con un nutricionista. El esfuerzo, está convencido, merecerá la pena.

Quiere volver a pelear en marzo y le encantaría hacerlo en España. Esto último no lo ve descabellado, dado el gran auge que está adquiriendo este deporte en el país, con referentes como el asturiano. De momento, se ha ganado unas merecidas vacaciones, tras haberse colado en la élite de la MMA.

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