Ana Álvaro y Natalia Cano, de Getafe al Círculo Polar Ártico para concienciar en la prevención del cáncer
Son dos de las cinco mujeres que tras superar un cáncer han realizado una travesía extrema en barco para concienciar a la sociedad sobre la prevención de esta enfermedad y la importancia del cribado junto con la alimentación y el deporte
Ana Álvaro y Natalia Cano al timón del velero Varuna en su travesía extrema hacia el Círculo Polar Ártico. / Eric Frattini
Getafe
El primer reto para estas dos mujeres getafenses fue superar el cáncer que las detectaron. No fue fácil, pero como otras muchas a las que se les diagnostica está enfermedad, tiraron para delante con valentía. Fue también el comienzo de un camino de fuerza y determinación que les cambió la vida en muchos sentidos e hizo que protagonizaran un reto extremo, junto con otras tres mujeres, también supervivientes de esta enfermedad, que les ha llevado al Círculo Polar Ártico en barco. Era la séptima edición del Reto Pelayo Vida para alcanzar el mítico Paralelo 66 Norte. Una travesía para concienciar a la sociedad sobre la prevención del cáncer, esa que está en nuestras manos con una mejor alimentación, haciendo deporte o sometiéndose a los cribados de Sanidad.
Ana Álvaro y Natalia Cano, getafenses participantes en el Reto Pelayo Vida, hablan de su experiencia en este desafío tras superar un cáncer.
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Ana Álvaro, financiera de Getafe, lleva un tiempo residiendo en Madrid, pero sin perder el contacto con una ciudad con la que tiene “un gran vínculo”, ya que allí siguen viviendo sus padres y hermana. Natalia Cano, trabaja en una clínica privada como instrumentista de cirugía vascular, y también se siente getafense, una ciudad a la que tiene “mucho cariño” y a la que va todos los días para ver a la familia que allí reside.
El Reto ha sido para ellas “un antes y un después, una fuente de crecimiento personal para las mujeres” que se han enfrentado a esta enfermedad, según han contado en ‘Hoy por Hoy, Madrid Sur’. Y es que no es para menos. Esta ‘aventura’ les ha llevado a recorrer 2.500 millas náuticas a 20 grados bajo cero, en una embarcación a vela, sin motor y sin escalas. “Quince días encerradas en un barco, sin posibilidad de escapatoria, hay que tener mucha fortaleza mental”, indica Ana, quien asegura que ahora apretaría “el botón de rebobinar”, para revivir tantos momentos apasionantes. “Momentos de miedo ha habido alguno”, aunque reconoce Natalia que “un miedo controlado y siempre nos podía más conseguir lo que había por delante”.
Imágen del velero llegando durante la travesía. / Eric Frattini
Imágen del velero llegando durante la travesía. / Eric Frattini
Broche de oro
Ana y Natalia coincidieron en el pantano de San Juan, donde entrenaban para ir al Reto, después de ser seleccionadas este año entre 337 candidatas, junto con otras tres mujeres más, y allí se forjó una amistad y complicidad que será para “toda la vida”, como indican.
Y es que “haber podido formar parte de este Reto es un broche de oro a la curación de esta enfermedad”, dice Ana, quien quiere que el ejemplo de estas cinco valientes haya servido de “esperanza a los que se enfrentan al cáncer, una enfermedad de la que “se puede salir y hacer cosas que antes ni te hubieras imaginado”.
Ana y Natalia durante la travesía y en los entrenamientos en el pantano de San Juan. / Eric Frattini
Ana y Natalia durante la travesía y en los entrenamientos en el pantano de San Juan. / Eric Frattini
Un desafío que asegura Natalia, les ha llenado de fuerza y de vida. Porque ambas coinciden en que pasar por una enfermedad como esta también tiene “su lado positivo”, y es que dicen, te hace crecer como persona y ser más positiva. Por eso Ana, lanza un mensaje optimista. “Hay que pensar que la enfermedad no dura eternamente, ni la quimio… No perder de vista el objetivo de curarse, pero abordar cada pasito con optimismo y con ganas hasta llegar a la meta final”, como hicieron ellas en la travesía hasta el Círculo Polar Ártico.
Las dos coinciden en que para su curación “fue fundamental el deporte”, porque ayuda física y socialmente. Por eso Ana y Natalia recogerán el guante lanzado por la alcaldesa getafense, Sara Hernández, para que participen en el programa ‘Mujer Activa’, dentro de la celebración de Ciudad Europea del Deporte. “Encantadas de poner nuestro granito de arena en dar soporte a esta iniciativa”, dice Ana, a la vez que Natalia asegura que si con su ejemplo contribuyen a fomentar el deporte entre las pacientes de cáncer dentro de “este programa municipal, ahí estaremos”.
Ahora repletas de vida e ilusión, esperan con ganas ver el documental que recoge este Reto, verlo ellas y su familia, una parte importante, fundamental para su curación y animan a otras mujeres que hayan pasado por la enfermedad que se sumen al siguiente Reto Pelayo que será a Jordania.
