El estigma que no cesa
La firma de María José Aguilar Idáñez, Catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha

Cadena SER

Albacete
Somos una sociedad que estigmatiza a las víctimas de violencia machista. A todas las víctimas, de todas las violencias machistas.
Firma de opinión | El estigma que no cesa
02:36
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Porque en lugar de señalar a los victimarios seguimos haciendo recaer el peso de la culpa en las víctimas, en las mujeres.
Seguimos señalando a las víctimas, a las mujeres, como responsables de las violencias que sufren. Que sufrimos.
En nuestra sociedad patriarcal todas las generaciones de personas adultas hemos sido socializadas en el machismo y el poder del hombre sobre las mujeres. Baste recordar que fue en julio de 1972, cuando España permitió a las mujeres separarse de sus maridos.
Todas las personas que hoy tenemos más de 49 años hemos vivido bajo reglas, normas y mandatos sociales y culturales donde el ejercicio del poder del hombre sobre mujeres y niñas era la ley. Y quienes se rebelaban contra esas leyes, eran perseguidas y consideradas culpables. Todavía hoy.
Por eso el cambio de leyes no es suficiente. Por eso el estigma de culpar a las víctimas en lugar de culpar y señalar a los victimarios sigue pesando en nuestra sociedad: en los jueces, en los medios de medios de comunicación, en las redes sociales, donde los linchamientos sociales siempre los sufren mujeres.
Mientras sigamos diciendo que hay mujeres víctimas de violencia en lugar de decir que hay miles de asesinos de mujeres.
Mientras sigamos diciendo que hay mujeres violadas en lugar de decir que hay miles de hombres violadores.
Mientras sigamos ocultando, por vergüenza, los miles de niñas abusadas y violadas por sus padres u otros parientes varones.
Mientras sigamos aplicando a hombres asesinos, violadores o abusadores la presunción de inocencia con una exquisitez que sistemáticamente se niega a las mujeres, porque sigue pesando en ellas el estigma de malas madres, o el de "ella se lo buscó", o el de "algo habrá hecho".
Mientras sigamos pensando que evitar la violencia contra las mujeres y las niñas es tarea y responsabilidad de las víctimas, jamás solucionaremos el problema.
Mientras no pongamos el foco y centremos la atención en los hombres, que son quienes ejercen la violencia, seguiremos revictimizando, culpabilizando y estigmatizando a las víctimas, en lugar de protegerlas y defenderlas.
Y también mientras sigamos expandiendo el negacionismo de las violencias machistas, por miedo a perder poder o privilegios, como ocurre con los relatos sostenidos por ideología de extrema derecha.