Los técnicos avisan: "Los padres no se pueden poner de perfil en la prevención contra las adicciones"

Aranda de Duero

La SER de Aranda sigue avanzando en su ciclo de programas en los que se pretende acercar el problema cada vez más extendido del consumo de cannabis entre adolescentes. Una realidad que ha dejado patente un ex consumidor habitual -aún menor de edad-, diversos agentes implicados en este problema que es diario y, más recientemente, el director del Proyecto Hombre en Burgos. Las edades han cambiado, antes los más jóvenes dedicaban su tiempo libre a jugar, pero ahora están expuestos a un fácil acceso a las drogas. Hoy hemos abordado este asunto desde la parte de la prevención, y por ello nos hemos citado con Carlota Sebastián, técnico del programa sobre infancia y adolescencia del Ayuntamiento de Aranda, y Elena Romera, técnico del plan municipal sobre drogas.

"Cuando se escuchan testimonios como el primer día todos nos asustamos", refleja Carlota. "La conclusión es que hay mucho trabajo que hacer y que es una realidad compleja y perjudicial para nuestros adolescentes", añade, secundada por su homóloga, que considera que "somos muchos los agentes implicados y tenemos que ponernos manos a la obra, pero es necesario que tratemos de entender de qué va la prevención y animar a los jóvenes a que vengan a nuestros programas".

Ambas tienen claro que cada caso es único, y que los casos graves siempre son los menos, "pero si no se atienden pueden llegar a serlo y eso es lo importante, evitarlo". "Hemos normalizado que haya alcohol, obesidad, tabaco, mala alimentación... Y son originarios de enfermedades crónicas. Convivimos con una población con más enfermedades, y hacemos que sea normal y solo actuamos cuando aparece el problema, cuando perdemos la salud... ¿Por qué no hacemos labor de prevención? Hay que abordar las causas, no los problemas", añade Elena.

¿Por qué los jóvenes están tan expuestos?

Aunque no lo parezca a simple vista, el papel de las familias es fundamental para evitar la exposición. "Ahora mismo imperan unos valores en la sociedad; conseguir las cosas en manera inmediata, el disfrute o el placer, que está muy bien, pero que tiene unas consecuencias. Y el funcionamiento familiar está cambiando y en algunas cuestiones que tienen que ver con nuestros adolescentes no para bien. No sé si es una causa directa, pero tiene peso", expresa Carlota. "La función de los padres es apoyo y control, no puede ser una sin la otra. Las necesidades básicas de un niño no solo es comer o tener un techo solo, sino también la afectividad. Que se sienta apoyado, acompañado incondicionalmente. Avisando que no todo vale, que hay que poner límites, aunque sea lo más fácil no ponerlos", cuenta Elena.

Reacción

Aunque es cierto que "no hay un manual como tal", ambas profesionales coinciden en que "hay que aprender a educar a los hijos y para ello hay ayuda de profesionales y psicólogos, maestros y educadores". "Creemos que los programas de prevención no funcionan porque la participación es escasa. La autocrítica o crítica de los programas también es importante, y luego las prisas, dificultades y conciliación hace que no se pueda acudir. Pero esta sí es una forma de prevenir las conductas de riesgo", apuntan, incidiendo en que en la etapa adolescente -la preadolescencia se inicia a los 12 años- hay que ejercer un cierto control que debe llegar desde edades anteriores.

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Ejemplo

El ejemplo y la comunicación también son importantes. "Hay que trasladarles nuestras expectativas. Hay más consumo en las casas donde se consumen esas sustancias. Hay más proporción de fumar en caso de que los dos progenitores fumen. Yo como padre o madre tengo que tener una postura firme y trasladárselo a nuestros hijos. No es cierto que ellos sepan más que nosotros", explican.

Esta interesante charla puede reproducirse en el audio que encabeza la información.