Primer exoesqueleto biónico que permite la movilidad en menores que no pueden andar
En octubre empezarán ensayos clínicos en casa para "abrir el camino" a que la herramienta "llegue a todos los niños"

Entrevista La Ventana (28/09/2021)
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Valencia
El primer exoesqueleto biónico infantil del mundo, el ATLAS 2030, creado por la investigadora del CSIC, Elena García Armada, permite la movilidad en menores que no pueden andar o que tienen dificultades para ello, gracias a un armazón que sostiene su peso. Este avance hace que los niños "crezcan como personas a la vez que se recuperan físicamente".
Así se ha destacado en la presentación de esta herramienta, que se ha presentado en la Fundación de la Comunitat Valenciana para la Neurorrehabilitación, FUVANE, en el Parque Tecnológico de Paterna, donde se lleva a cabo un método de rehabilitación neuronal dirigido a menores con parálisis cerebral y patologías afines.
Según ha explicado el director comercial de Marsi-bionic, Ignacio Barraqué, en la Ventana Comunitat Valenciana, el exoesqueleto pediátrico permite que los menores puedan desplazarse con un mayor movilidad gracias a un armazón que sujeta su peso junto a una serie de motores en diferentes partes del cuerpo que acompañan al menor en cada uno de sus movimientos. Una herramienta que también facilita el trabajo del terapeuta con el niño.
"Este sistema les permite moverse, interactuar con juguetes y con otros niños, así como desplazarse por todo el espacio. Esto hace que crezcan como personas a la vez que se recuperan físicamente", ha explicado.
Durante la etapa de desarrollo en los niños de 3 a 11 años, estos "necesitan tener estímulos para que puedan crecer como personas" y el exoesqueleto les ha ofrecido en los ensayos clínicos unos resultados "espectaculares" en la recuperación de la fuerza muscular y la capacidad respiratoria.
Esta estructura sujeta el peso del menor y eso ayuda al terapeuta a "que no tenga que sujetarlo y pueda trabajar con el niño". Se compone de ocho motores, seis de ellos en las piernas, tobillo, rodilla y cadera, para que el terapeuta decida cuál es la fuerza que necesita el niño para superar el umbral con la ayuda de este mecanismo.
En el caso de menores que no pueden hacer fuerza, el exoesqueleto haría el cien por cien del trabajo físico. Para ello cuentan con seis motores laterales que ayudan a tener un patrón de movimientos "lo más natural posible", así como dos motores en la cadera que permiten que se adapte a cada niño específicamente.
"En tan solo siete minutos se puede adaptar a cada niño y desarrollar el movimiento según las necesidades del menor, sin forzar sus articulaciones", según Barraqué.
El objetivo de este sistema es tener la posibilidad de que el paciente se pueda llevar este mecanismo a casa, pero, de momento, no cuentan con la certificación clínica, por lo que el exoesqueleto tiene que ser utilizado en centros homologados bajo la supervisión del terapeuta.
Barraqué ha avanzado que en octubre empezarán con ensayos clínicos en la casa del menor, con supervisión clínica pero que el siguiente paso sería una monitorización clínica en la casa del paciente: "Eso abriría el camino para que el exoesqueleto llegue a todos los niños".

Inma Pardo
Inma Pardo ha pasado por la edición de todos los informativos de Radio Valencia hasta que ha llegado...