Antonio Ramos y Angelines Miranda: 40 años ayudando a personas con adicciones

Alcázar de San Juan

El relato de Antonio y Angelines es una historia que por desgracia está grabada en la memoria de muchas familias españolas. Hace 40 años Antonio comenzó a tener problemas con el alcohol, al principio no lo admitía, "lo dejo cuando quiera" o "bebo lo normal", eran algunas de sus frases más repetidas.

Por aquel entonces vivía en San Sebastián, junto a su mujer Angelines. "Mi marido padecía la enfermedad del alcoholismo, estuve intentando buscar una solución, pero él no lo reconocía", decía. Años más tarde se trasladaron a vivir a Alcázar de San Juan y los problemas de Antonio con el alcohol eran cada vez más evidentes.

Angelines comenzó a buscar alguna ayuda y finalmente consiguió que su marido acudiera a terapia. Tuvo que hacerlo en Madrid, donde acudía una vez a la semana, ya que por aquel entonces no había ninguna asociación ni organismo que ofreciera este servicio en Castilla La Mancha.

En ese momento el que era el psicólogo de Servicios Sociales de Alcázar de San Juan, Antonio Raboso, conoció la historia del matrimonio y se puso en contacto con Angelines. "Me pidió que si yo podía ir a ayudarle con una enferma que no aceptaba el tratamiento y así sin darnos cuenta empezamos con la asociación".

Después Angelines comenzó a participar en programas de radio para ayudar a concienciar sobre el problema de las adicciones. Antonio también accedió a participar aunque le costó mucho, como explicaba Angelines, "él ya estaba rehabilitado y no quería que la gente de Alcázar conociera su problema con el alcohol porque hay un estigma social con las personas adictas".

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Poco a poco ARAZAR empezó a crecer y a ser el refugio de muchas personas con adicciones. Durante estos 40 años han atendido a más de 8.000 familias, sin contar a aquellas que se han quedado por el camino como explicaba Angelines, "hay mucha gente que viene un día y ya no vuelve y esas no contabilizan. Lo más importante es que de las que se han quedado el 90% se han rehabilitado"

Una de las personas que acudió a solicitar la ayuda de Antonio y Angelines es el que ahora es su vicepresidente, Javier Díaz-Ropero. Él ha sido consumidor de alcohol y cocaina, "llegó un momento en el que la situación era insostenible y mi familia me dio a elegir entre mis adicciones o ellos", señalaba.

ARAZAR ha sido la semilla de muchas otras asociaciones de adictos que se han ido creando en la región. Ahora la comarca le rinde un gran homenaje a Antonio tras su fallecimiento hace unos meses.

Pueden escuchar la entrevista al completo aquí: