Los agentes acusados de pegar a un detenido en Leganés niegan uso desproporcionado de la fuerza en el arresto
El hecho ocurrió en las fiestas patronales de 2013. Los Policías han defendido que el detenido fue "reincidente" y "se resistió"
Leganés
Los cuatro agentes de la Policía Nacional acusados de apalear a un detenido durante unos altercados en las fiestas de Leganés en 2013 han asegurado este lunes que las heridas que éste presentaba no fueron causadas por un uso desproporcionado de la fuerza durante el arresto y que la víctima les había lanzado botellas de cristal y otros objetos con anterioridad.
La Audiencia Provincial de Madrid ha celebrado el juicio a seis agentes de la Policía Nacional, de los que cuatro están acusados por la Fiscalía por un delito de torturas. De ellos, tres participaron directamente en el arresto de la víctima y una cuarta se encontraba preservando la seguridad de la intervención. En el banquillo también se han sentado otros dos agentes a los que la defensa del detenido les acusa de haberle amenazado durante su traslado al centro médico en el que le practicaron un parte de lesiones, así como de haberle requisado el DNI de forma indebida.
Los agentes han rebatido las acusaciones de la fiscal y el abogado del detenido, que sostienen que la víctima se encontraba apoyado en una valla cuando los policías perseguían a otro grupo de personas, pero se abalanzaron contra él y, entre tres efectivos, lo redujeron en el suelo, donde le propinaron “golpes y varias patadas en la cabeza, cuello, tórax, espalda y piernas” antes de arrestarlo.
Según los acusados, procedieron a su detención porque había participado en dos altercados esa mañana -por los que también había sido identificado- en las inmediaciones de la plaza de toros o Cubierta de Leganés. Presuntamente, un grupo de jóvenes que habían continuado la fiesta hasta por la mañana, entre los que se encontraba la víctima, les habían lanzado “botellas de cristal, adoquines y otros objetos” tras suspenderse los encierros festivos. Ante el tribunal, los policías han defendido que el detenido fue “reincidente” y “se resistió” desde que le comunicaron el arresto “dando patadas” y mostrando una actitud poco colaborativa.
A preguntas del abogado de la acusación particular, los agentes han explicado que las heridas -contusiones y abrasiones por todo el cuerpo- que presentaba el arrestado pudieron ser producto de “golpes contra el suelo” provocados por su propia resistencia. Además, el jefe del dispositivo policial y el resto de acusados han referido que la víctima mostraba síntomas -como el movimiento de mandíbula y una notable excitación- de encontrarse “bajo los efectos de alguna sustancia estimulante”.
Por su parte, el letrado de la víctima ha asegurado ante los periodistas que la detención se produjo “con una agresividad inadecuada”. El juicio continuará este martes con la declaración de varios vecinos que presenciaron la intervención policial y otros testigos.