"Hay muchas posibilidades de que haya sarcófagos bajo el agua"

El Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía (CAS) tiene sede en Cádiz. Una de las sedes más bonitas del mundo, el balneario de La Palma, en plena playa de la Caleta. Desde allí protegen el patrimonio que permanece sumergido. Lo hacen con una carta arqueológica que permanece abierta, en la que aparecen numerosos restos fenicios. ¿Sería posible que apareciera un sarcófago bajo el agua? Desde hace años, Aurora Higueras, trabajadora de este centro, se ha especializado en los restos de la civilización fenicia. Pregunta. Sabemos mucho del pasado fenicio que ha aparecido bajo tierra, pero, ¿qué se sabe del que está bajo el agua? Respuesta. Bajo el agua sabemos que hay mucho patrimonio oculto bajo el sedimento, de muchísimas épocas. Pero, sobre todo, del legado fenicio. En la ciudad sabemos que debajo del nivel de calle actual están los restos de la ciudad fenicia. El mar tiene un especial condicionante porque se ha encargado, por un lado, de erosionar la costa, lo que ha cambiado la morfología. Ha destruido, pero también ha sedimentado. La dinámica marina se ha encargado de cambiar de sitio los restos, con lo que nos encontramos en un lugar diferente de su posición original. Lo que dificulta por un lado la investigación, también lo protege. Entonces tenemos mucho material bajo el sedimento. La importancia de los restos fenicios encontrados la podemos ver en el Museo de Cádiz. Sin duda, es una muestra muy pequeña de lo que se oculta bajo las aguas. P. El mar destruye y protege. Muchas de estas piezas se han encontrado en el entorno del Balneario de La Palma, en la playa de La Caleta. ¿Qué nos han podido decir de nuestros antepasados estos restos hallados en este entorno? R. Los restos narran la historia de este lugar y de sus habitantes. Es un espacio donde se han desarrollado muchísimas funciones: el tráfico de mercancías, el fondeo, la pesca… Ha sido escenario de fiestas, de cultos y, sobre todo, de tragedias y de enfrentamientos. Y todas esas huellas las tenemos bajo el agua. Por ejemplo, hay terracotas que encontramos entre los años 70 y 80 del pasado siglo que podemos admirar en el Museo de Cádiz. Hay quien dice que son restos arrojados al mar, otros que son fragmentos de santuarios que habría en la zona o pecios de barcos que naufragaron aquí. También hay cantidad de ánforas que nos hablan de todo este tránsito comercial y lo que sí tenemos claro, cuando se han encontrado estas piezas, es que la retirada provoca que se pierda la información de dónde están. Que la carga de estos pecios se encuentra bajo capas de sedimento. Pero seguiremos trabajando en la zona. P. De todos estos años, ¿cuáles diría que han sido los principales hallazgos sobre la civilización fenicia? R. El Centro de Arqueología tiene un proyecto abierto que es la carta arqueológica. Han sido varios los proyectos que han sido posibles en este entorno. Entre 2008 y 2010 yo dirigí uno. Utilizó técnicas geofísicas, además de las prospecciones tradicionales. Se localizaron muchísimas concentraciones de material fenicio púnico. Esto nos confirmó la importancia que tuvo esta zona en la antigüedad, el paso estratégico por el Mediterráneo, pero este proyecto lo que hizo fue abrir nuevas líneas de investigación y lo que hay ahora es un estudio de los fondos documentales del Museo de Cádiz. Son muchísimas piezas y lo que estamos haciendo es actualizar su estudio. P. Muchas de estas piezas tienen que ver con las creencias religiosas de los fenicios. ¿Qué nos ha quedado de sus templos? R. Las fuentes clásicas nos hablan de una isla dedicada a la veneración de la venus del mar, nos hablan del templo de Kronion, que cita Estrabón, y que, seguramente, estaría en las inmediaciones del castillo de San Sebastián. Una de las publicaciones más recientes ha sido una obra junto a la Universidad de Cádiz tiene un artículo de Soledad Gómez sobre lo recopilado en torno a los templos. Nos describe La Caleta y La Punta del Nao como hitos de la navegación, que favorece la visibilización de un enclave peligroso. Son sitios que nos muestran la entrada de la canal, fondeaderos y embarcaderos alrededor. Y, por supuesto, los templos. Desde aquí te puedo contar que el registro arqueológico arroja muchos objetos en el entorno de estos bajos, algunos de entre 16 y 17 metros de diferente época y, en concreto, en la Punta del Nao es la colección de pebeteros, ánforas y terracotas que habla de ofrendas a templos, de pecios, de basureros, o, incluso, de desmonte del acantilado como, por ejemplo, si hubo necrópolis y el mar se lo ha comido. Algunas son hipótesis que no podrán ser comprobadas, pero es lo que tenemos con la erosión que hablamos antes. P. Uno de los templos de los que más se ha hablado últimamente es el templo de Melkart. ¿De qué forma ha intervenido el Centro de Arqueología Subacuática para tratar de encontrar vestigios de él? R. Los expertos llevan años estudiando las modificaciones de la línea de costa, de cómo habría podido intercambiar el paisaje, de cómo se ha podido perdido terreno en una zona, y se ha ganado en otra. El cómo sería ese paisaje en la actualidad es todo hipótesis. Alguna está planteada sobre estudios científicos y otras, son un poco sinsentido, con carencia de método y enfoque. Lo que sí podemos estar seguros es que la zona de Sancti Petri seguirá siendo zona de estudio en los próximos años porque ha sido fructífero el hallazgo de restos arqueológicos alrededor de la desembocadura del caño. Ya, desde mediados del XVIII, se planteaba la necesidad de emprender campañas de prospecciones en la zona. El tiempo y las nuevas técnicas nos podrán dar respuestas calibradas y basadas en datos arqueológicos y geomorfológicos contrastados y fiables. Es una zona que ha sido muy investigada. Lo que ocurre es que está sujeta a procesos de tapados y destapados que varían en función de las fuerzas de las mareas. Entonces, en esta zona lo que hacemos es apuntarnos a cualquier estudio multidisciplinar que busque respuesta a la evolución de los yacimientos ya localizados en el fondo del caño. O, incluso, yacimientos terrestres arrasados por al agua. P. ¿Y cree posible encontrar elementos construidos, no derruidos, de ese templo? R. Nunca lo podemos descartar. P. Fenicia es una ficción sonora en torno a la aparición de un tercer sarcófago fenicio. ¿Qué posibilidades hay de que aparezca bajo del agua? R. Hay muchísimas posibilidades. Hay una foto muy impresionante de los sarcófagos de Beirut, en su museo, que nos muestra las enormes cantidades de sarcófagos que podía haber para las élites. Aquí tenemos los dos, pero si hemos tenido esa suerte, puede haber muchos más. Al encontrar paralelos en toda la costa siria, por el Mediterráneo, hasta Sicilia y en Cádiz, pues está claro que el traslado se hizo por mar, y no podemos descartar que, en el traslado, alguno de estos mercantes naufragara con algunas de estas piezas. Afortunados los arqueólogos que lo encuentren. P. ¿Cuáles son los retos más inminentes que tiene el CAS en torno a la civilización fenicia? R. Ahora estamos completando la inmersión en los almacenes del Museo de Cádiz. Es un estudio de centenares de piezas, de los primeros años del buceo y las primeras intervenciones. En su mayoría no tienen contexto arqueológico, pero nos sirve para revisar el panorama de La Caleta. Los futuros trabajos tendrán que ver con el análisis de los arrecifes rocosos, Las Puercas, Los Cochinos, Chapitel, la parte norte de La Cepera… pensando que en la antigüedad pudo conformar un brazo continuo a modo de barrera, de una ensenada. Hay muchas preguntas sin respuesta y mucho material oculto en los sedimentos. Los que nos dedicamos a esto debemos encontrar fórmulas para coordinar esfuerzos y, sobre todo, transmitirlo con rigor a la población. P. ¿Y esa inmersión en los almacenes del Museo cómo va? R. Está dando muchas sorpresas y esperamos que pronto entreguemos los resultados. Seguro que le proponemos al Museo una exposición o publicación porque ha generado muchas líneas de investigación nuevas. Por ejemplo, tenemos publicación sobre ánforas típicas de La Caleta. Gracias a esta recopilación sabemos que existen más de 70. Eso es un patrimonio que está en los almacenes y que debe salir. Unos creen que eran contenedores de productos selectos, otros que eran ofrendas de los navegantes al pasar cerca de los templos… Seguro que podemos formular más. Algunas se encuentran en necrópolis como parte de ajuares. No cerramos el campo a que haya más respuestas.

"Hay muchas posibilidades de que haya sarcófagos bajo el agua"

Aurora Higueras investiga desde el Centro Arqueología Subactuática de Andalucía el pasado fenicio sumergido

Pedro Espinosa