Eraman y Botxo Riders: las alternativas vascas y sostenibles a las grandes empresas de reparto a domicilio
La pandemia, el confinamiento y el auge de los pedidos a domicilio impulsaron el nacimiento de estas cooperativas vascas hace un año
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Riders / Cadena SER
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Bilbao
Hoy entra en vigor la ley Rider que obliga a las empresas de reparto a domicilio a dejar de utilizar autónomos como repartidores y que pasen a ser asalariados. Muchas empresas internacionales como Glovo, Deliveroo o Ubereats han tenido que adaptarse o reacondicionar su modelo de negocio ante este nuevo marco legal.
Las soluciones ideadas por las plataformas despiertan suspicacias entre asociaciones de repartidores, que ya advierten de que la subcontratación de sus servicios a través de terceros puede suponer una "cesión ilegal de trabajadores", y otros servicios de reparto. Entre ellos se encuentran Eraman y Botxo Riders, dos cooperativas vascas nacidas hace pocos meses.
El confinamiento y los toques de queda hicieron que cada vez más negocios gasteiztarras se animasen con el delivery y buscaran para ello una empresa ética y sostenible. Así nació Eraman, una cooperativa de servicio de entrega a domicilio surgida en Vitoria en plena pandemia. A través de su web cualquier puede realizar un pedido a domicilio, eligiendo el restaurante, el menú y la hora de entrega. “Nosotros creemos que ser cooperativa es la única forma ética de ejercer este empleo porque hemos visto en otros casos que aunque haya una ley que lo regule las grandes plataformas siempre encuentran la forma de saltársela. Hecha la ley, hecha la trampa”, explica Juan Latorre, socio fundador del negocio haciendo referencia a las grandes empresas de reparto.
De estas, la primera en proponer un cambio fue Glovo, que a finales de julio informó de que prevé mantener a cerca de un 80% de sus repartidores actuales en el Estado como autónomos bajo un nuevo modelo de relación que, bajo su punto de vista, se ajusta a la normativa. A finales de julio y como cara opuesta, Deliveroo anunció su intención de cerrar su actividad en el Estado con la apertura de un proceso de despido colectivo que afectará a 3.781 personas entre personal de oficina y repartidores. Aun así, Latorre admite: “Nosotros hemos intentado desde el principio no competir con estas plataformas porque no se puede jugar cuando no tienes las mismas reglas. Al fin y al cabo sí que son competencia directa en el reparto de comida pero no a nivel empresarial, porque nosotros intentamos trabajar con otro tipo de clientes y no solo hacemos reparto de comida...Hacemos logística en bicicleta”.
Para sus repartos utilizan bicicletas de carga, capaces de portar hasta 120 kg y perfectas para moverse con agilidad dentro del tráfico urbano. “Es más eficiente, más rápido y creemos que la bicicleta es un instrumento de cambio y sostenibilidad que le da la coherencia que nuestro proyecto necesita”, confiesa y admite que esperan que este cambio legislativo provoque en los repartidores de las grandes un concienciación sobre sus condiciones laborales: “puede que esto provoque que los repartidores tomen conciencia y se den cuenta que sus condiciones merecen ser tratadas con dignidad”.
Bilbao también tiene su propia empresa de repartos sostenibles: Botxo Raiders. Esta cooperativa nació al final del confinamiento como un alternativa sostenible a estas grandes plataformas. La forman tres socios que, aunque confiesan que esta ley no les afecta directamente, esperan que tenga consecuencias positivas en su cartera de clientes. “La ley es un paso hacia delante pero somos conscientes de que estas empresas suelen encontrar la forma de burlar este tipo de medidas. Confiamos en que más clientes puedan ver esa realidad y apostar por nuestro modelo de negocio”, explica Mikel Álvarez, uno de sus socios. Dicen que sus clientes son normalmente restaurantes que apuestan por hacer entregas a domicilio respetando el medio ambiente y admiten que esperan que tras la llegada de esta ley tanto negocios como repartidores se conciencien y busquen alternativas como la suya: “somos unas empresa pequeña y todavía no tenemos capacidad para contratar a mucha gente más. Poco a poco nos van llegando algunos currículums y esperamos que conforme el negocio crezca la plantilla también lo haga”.