Suben los costes y los precios son ruinosos: un 10% de las explotaciones agrarias de Madrid cierran cada año

Madrid

"El litro de leche que importamos de Francia se paga en origen 4 céntimos más caro que el litro español, más otros 4 céntimos de gastos de transporte. Con esos 8 céntimos de diferencia sería suficiente para frenar la sangría en las granjas", explica Alfredo Berrocal, presidente de UGAMA.

El sector láctico vacuno es solo un ejemplo de la situación "crítica" que viven muchos ganaderos y agricultores de Madrid, pero que se extrapola también a los del resto de España. Detrás hay factores como la todavía debilitada demanda por las restricciones a la hostelería y el turismo o la subida del precio del cereal. Además, el encarecimiento del precio de la luz estos últimos meses y el nuevo sistema de tramos ha llegado a duplicar la tarifa eléctrica en algunas explotaciones. 

Pero el problema no es solo coyuntural, sino que la situación se explica también por otros factores estructurales. Entre ellos, por ejemplo, la presión de precios de las grandes distribuidoras, que dejan a los productores con un escaso margen de beneficios. 

Jugando con los precios desde el confinamiento

La pandemia encareció los productos frescos por el aumento de la demanda. Durante los meses posteriores al confinamiento, los precios llegaron a crecer hasta un 7% en Madrid. Este encarecimiento para el consumidor, en cambio, no se trasladó en lo que se remuneraba entonces a los ganaderos y agricultores. "Como siempre fueron  las grandes distribuidoras las que se pusieron las botas", señala Berrocal.

Y es que, lejos de ser los costes de producción los que marcan el precio, son ellas las que lo hacen y con antelación a las circunstancias. "Desde diciembre ya sabemos que precio vamos a tener en agosto", explica José Carlos Velasco, presidente de AGIM-COAG. "Ahora, por ejemplo, esta ocurriendo con melones, sandías u hortalizas de Madrid" que "se están utilizando a modo de gancho".

El precio de este último grupo de productos, señala el presidente de UGAMA, está marcado por las importaciones y sus condicionantes: "Todos sabemos el problema que hay con marruecos y que en muchos casos no se cumple con los estándares de calidad y sanidad que exige la UE".

La demanda, en cualquier caso, ha sido débil todo el año en especial por las restricciones a la hostelería y a la restauración. Influye también el turismo extranjero, que sigue lejos de niveles pre-pandemia . La demanda debilitada en el canal HORECA deja unos precios estables, pero bajos que siguen golpeando al sector.

Filomena también ha dejado huella este año. Aunque solo de forma temporal, provocó una caída en los precios y afectó negativamente a las producciones en Madrid. Por la caída de los precios y los problemas en las comunicaciones, pero también porque "la tormenta hizo polvo al olivar y a los invernaderos. A estos los tiró todos", puntualiza Velasco. 

La luz y el cereal, disparados

La subida del precio del megavatio hora también hace escalar los costes de producción y estrecha todavía más el margen de beneficios de los profesionales. "En algunas explotaciones al tarifa de la luz se ha incluso duplicado", señala Berrocal.

Otro de los asuntos que preocupa es el incremento del precio de los cereales como coste de producción en la agricultura y que también está alimentado por el encarecimiento de la luz. "Se dice que también se debe a fondos de inversión que están especulando. Es un hándicap negativo totalmente para muchos sectores", explica el presidente.

Contrarios a la nueva PAC

El Ministerio que encabeza Luis Planas debe presentar, antes del 31 de diciembre, el Plan Estratégico de la Política Agraria Común (PAC) a la Comisión Europea y las líneas de actuación que se han ido conociendo hasta el momento no han gustado demasiado a agricultores y ganaderos.

Por un lado, la futura nueva PAC, "ayuda" a los profesionales a tiempo parcial -es decir, los que tienen otras fuentes de ingresos-, pero "castiga" a los que viven en exclusiva de ello. "El agricultor que tiene tierras pero es abogado y tiene muchas extensiones va a salir ganando; pero el que está en el campo todos los días no", asegura Velasco.

"Va a ser muy perjudicial para las pequeñas explotaciones familiares. Si se aplica una tarifa plana y se cobra por superficie. Es decir, cuanto mas superficie tengas, más vas a cobrar", explica Berrocal. "Esta PAC es de todo, menos progresista y social", añade.

"En realidad los agricultores no queremos PAC, queremos que se compensen los precios, eso es lo que hace falta. Vender los productos a su precio", concluye.