La campaña cerealista cierra con un balance muy desigual entre el norte y el sur de Navarra
Jesús Goñi, coordinador de experimentación en INTIA hace balance de la campaña cerealista en La Primera Llamada de Cadena Ser Navarra.
La Primera Llamada: Jesús Goñi Coordinador de Experimentación de INTIA (04/08/2021)
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Pamplona
La sociedad pública INTIA considera que la campaña cerealista de este año se cierra con un buen balance en términos generales, pero dsipar. "La campaña en general ha sido buena pero muy dispar. En el norte, Pamplona, y la cuenca podemos hablar de buenos resultados pero en el sur ha sido mala, quizás de las peores", Jesús Goñi, coordinador de experimentación de INTIA.
Se han superado las 831.000 toneladas en total, a pesar de un inicio desfavorable marcado por unas pésimas condiciones meteorológicas y del desigual comportamiento obtenido por zonas. "El clima tan inestable ha influido mucho. El principal problema ha sido el periódo de los meses de marzo y abril que fue bastante seco y en la parte cerealista es clave porque se prepara parte de la producción", añade Goñi.
Según la estimación de las cooperativas consultadas y a falta de los datos de esta semana de recolección, la cosecha se cerrará como la sexta mejor campaña cerealista de los últimos 34 años.
Jornada para informar a las cooperativas
INTIA ha celebrado en una jornada de presentación de resultados de experimentación en la que ha hecho balance de la campaña 20/21 en cultivos extensivos de invierno y a la que han asistido gerentes, juntas rectoras y representantes de cooperativas socias de esta sociedad pública. La consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Itziar Gómez, se ha encargado de inaugurar este encuentro que ha servido también para adelantar una serie de recomendaciones técnicas dirigidas al sector que en breve comienza ya a preparar su próxima campaña.
Incidencia desigual por zonas
El periodo seco de esta primavera ha tenido una mayor afección en la zona árida de la Ribera, con rendimientos medios en cebada de 772 kilos por hectárea, frente a los más de 2.800 del año pasado. Por el contrario, en la zona de Baja Montaña, el rendimiento en esta campaña ha sido ligeramente superior con más de 5.300 kilos por hectárea en comparación con los 4.900 kilos registrados el pasado año. En cuanto al trigo, esta situación desigual por zonas agroclimáticas se ha repetido, acentuado en este 2021 por los dos meses muy secos de marzo y abril.
Superficie sembrada y variedades
La superficie sembrada de cultivos extensivos de invierno (cebada, trigo, avena, guisante, colza, veza, girasol y habas) asciende actualmente a las 189.336 hectáreas, una extensión total algo inferior a la del ejercicio pasado. No obstante, y como aspecto llamativo, por primera vez en varias décadas, el trigo ha superado a la cebada (46% de trigo frente a 37% de cebada).
Tradicionalmente la cebada ha sido superior al trigo, con una tendencia progresivamente cambiante por diferentes motivos: a nivel varietal, el trigo ha sabido adaptarse a algunas zonas del sur y a condiciones más adversas, con variedades como Berdún o sobre todo Filón en los últimos ejercicios (con buenos comportamientos en diversas zonas agroclimáticas), lo que ha propiciado el vuelco o este predominio por primera vez del trigo. A esta situación, se ha añadido el problema de las malas hierbas: así, el trigo ha sabido ofrecer más soluciones para afrontar este tipo de problemas con las adventicias. “Sin embargo, hemos visto que una variedad tan tolerante como Filón ha comenzado a flaquear en algunas zonas sin tanta demostración de bondad, por lo que seguimos recomendando una diversificación varietal a pesar del buen comportamiento que sigue ofreciendo esta variedad rentable de trigo”, ha explicado Jesús Goñi. Actualmente, Filón ocupa el 59% de la superficie cultivada y la variedad Camargo el 21%.
Recomendaciones para la próxima campaña
Para el año que viene, no hay grandes novedades en recomendaciones en trigo de invierno y aunque se prevé un escenario de estabilidad en la evolución varietal, desde INTIA se cree que habrá que buscar otras variedades con nuevos parámetros que aporten algún valor añadido, además de la productividad. En cebada, esa evolución genética del trigo en los últimos años no se ha producido y tampoco se espera material novedoso que aporte una mejora del escenario actual.
