Ciberbullying, cuando el acoso no se queda en las aulas
Los perfiles en redes sociales que tienen muchos adolescentes se utilizan también por prolongar el acoso más allá del centro educativo
Fuenlabrada
Envío de correos electrónicos con amenazas o insultos, suplantación de identidad en las redes, publicaciones en el perfil de la red social con calumnias, ridiculizaciones… Son algunos ejemplos de lo que se conoce como ciberbullying. Y es que el acoso que algunos adolescentes sufren en las aulas tiene su prolongación a través de las nuevas tecnologías. Muchos de estos menores tienen también el trato degradante de sus iguales en los perfiles de redes sociales que se han creado.
Juan José Pacomio, Oficial de la Unidad de Agente Tutor de la Policía Local de Getafe, habla sobre el ciberbulling a través de redes sociales..
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Según indica Juan José Pacomio, Oficial de la Unidad de Agente Tutor de la Policía Local de Getafe y Perito Judicial en Acoso Escolar, Bullying y Ciberbullying por la UNED, el ciberbullying o ciberacoso es el uso de medios digitales, smartphones, Internet o videojuegos online, por ejemplo, con la intención de acosar psicológicamente a terceros. Centrado en los menores, suele ser prolongación de lo que está pasando en el centro escolar y tener una continuidad, aprovechándose de un desequilibrio de poder, de forma que una persona o un grupo de personas, realiza ataques psicológicos, que a veces pueden derivar incluso en lo físico, contra otro, según indica Pacomio.
Por eso, recomienda a los padres generar un clima de confianza y responsabilidad con sus hijos y saber escucharles desde muy pequeño, para que así el menor si sufre una situación de este tipo pueda recurrir a ellos para tener ayuda.
Entre las señales que pueden indicar que nuestro hijo sufre este problema de este tipo se encuentran cambios de postura, “al sentarse, por ejemplo, suelen estar más encogidos”, más tristes y encerrados en sí mismos. “Estos chicos cambia de comportamiento, se les ve falta de concentración, incluso puede haber una bajada en su rendimiento escolar y, a veces, podemos detectar señales físicas, como arañazos o ropa rota”.
Los padres deben estar atentos a estos síntomas por si su hijo estuviera siendo víctima de ciberbullying y también a la inversa, por si estuviera realizando alguna conducta acosadora. “Muchos padres cuando les dices lo que sus hijos están haciendo con otros, no se lo creen y hasta lo niegan”, dice y recuerda que hay que tener en cuenta que “cualquier cosa que hagan nuestros hijos menores de edad, los padres somos responsables”.