Patria y Vida

Jerez de la Frontera

Si no fuera porque ya conocemos el paño, no encontraríamos una explicación lógica a la cerrazón del Gobierno a calificar al Régimen Cubano de DICTADURA. Ayer, todo lo más que se le pudo sacar a la Ministra Portavoz después de mucho insistir es “un sistema que no respeta las libertades no es una democracia”. Y hasta ahí puedo leer. Sus socios de coalición van más allá, lejos de condenar, reivindican el castrismo y el chavismo como modelos, como referentes, hasta siempre Comandante. Sus asideros nacionalistas ven bien la revolución, a ver si de paso en España se arma otro lío parecido y se libran del tortuoso régimen que les permite llevar una vida privilegiada, por encima de la de sus odiados conciudadanos. Mientras el sanchismo mantiene vivo el franquismo y se amiga con dictaduras de izquierda, el nacionalismo vasco castiga el enaltecimiento de Franco a la vez que aplaude y permite los homenajes a etarras. Alsasua es el modelo. La izquierda y el nacionalismo patrio, cada uno por distintas razones, no se quitan de encima ese componente mágico, cuasi religioso, que les hace vibrar con el autoritarismo si viene con ropa marxista; algunos aun sueñan que corren delante de los grises o que acaban de bajar de Sierra Maestra para liberar a los oprimidos, sabiendo o sin saber que lo que hacen es condenarlos al fuego eterno. Que se lo digan al pueblo cubano, 62 años de miseria, pobreza, torturas y dictadura atroz- y no es culpa del bloqueo-, esa que un Gobierno impresentable como el nuestro se niega a condenar. Patria y Vida.