Llopis rompe su maleficio y consigue su primera medalla europea en Tallin
El atleta de Toni Puig había sido cuarto en el Mundial de Nairobi y en el Europeo de Boras y una caída le privó del podio en Tampere
Quique Llopis consigue el bronce en el Campeonato de Europa sub23 en Tallin, Estonia / Rfea atletismo
Gandia
Quique Llopis cumplió uno de sus grandes anhelos en Tallin (Estonia) y ya tiene su primera medalla internacional, rompiendo así un maleficio que no hacía justicia, ni con su calidad, ni con el empeño que el atleta de Bellreguard pone hace años en su oficio de saltar vallas a la velocidad del trueno.
La capacidad de renacer del pupilo de Puig es digna de estudio y propia del ave fénix. Pocos atletas de elite encaran como él los contratiempos y su ansiada medalla en el Campeonato de Europa sub23, es una muestra más de que a mentalidad le ganan pocos porque Llopis venía de una decepción mayúscula, después de que una lesión le privara de rematar en apenas tres días su pasaporte para Tokio.
Un desenlace tan cruel como aquella caída en Tampere que le privó de una medalla europea que tenía ya su nombre, o como los cuartos puestos que firmó en el Mundial de Nairobi (2017) o el Europeo de Boras (2019). Ser cuarto, el peor castigo de los mejores.
Su medalla es un premio al tesón, a la capacidad de superar adversidades y a su mentalidad imperturbable, por más escollos que le aparezcan en el camino, lesiones inoportunas y resbalones inesperados. Nunca una especialidad deportiva, las vallas, ejercieron semejante paralelismo con la personalidad del protagonista. Quique Llopies, saltador de vallas, enorme campeón.
