"Cada vez viene más gente. Hay mucha necesidad"
Más de 250 personas hacen cola todos los días en el Convent dels Caputxins para recibir alimentos
Reportaje: "Cada vez viene más gente. Hay mucha necesidad"
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Palma
Más de un 26% de la población de Balears está en situación de pobreza por los efectos de la pandemia, según un informe del Observatorio Social de la UIB. Son 12 puntos más que en 2019, que había un 15%. Las ONG prestan cada vez más atención a personas sin ingresos o con salarios mínimos. En Palma, en el Convent dels Caputxins, cada mañana hacen cola hasta 250 personas para poder recibir alimentos.
Las puertas del mostrador donde los voluntarios dan los alimentos a las personas que hacen cola abren a las 8 de la mañana. Pero a esa hora la hilera ya es muy larga. Hombres, mujeres y niños, ancianos y jóvenes, esperan cada día hasta más de una hora para poder llevarse un bocadillo y una bebida, algo para poder desayunar.
En la hilera de personas hay silencio, interrumpido de vez en cuando por los coches que pasan, o por las conversaciones, muy breves, que mantienen entre ellos. Muchos cuentan que ya se conocen, algunos llevan años yendo allí cada día. Como Antonio.Él llega y se incorpora de último a la fila. Y se lo hace saber al hombre que está antes que él: "Pido turno", le dice. Nos cuenta que lleva 4 años yendo a la iglesia a por su desayuno, y que cada día hay más caras nuevas. él tiene una ayuda estatal, pero solo la mitad la tiene que invertir en el alquiler de una habitación y los gastos de luz y agua.
Mariela empezó a hacer cola en la iglesia hace un mes. Va cinco días a la semana. La acompaña su marido, y en casa, nos cuenta, le espera su hijo de 18 años. Dice que está ahí por él. Espera que pueda conseguir trabajo pronto, porque, nos cuenta, que a ella le está costando mucho volver al mercado laboral por su edad.
A sus 25 años, Bruno espera paciente hablando con otro hombre que llega a la vez que él. Confiesa que a veces esperar se le hace largo. Se enteró de que allí daban bocadillos por un amigo. Como trabaja en el mundo de la hostelería tuvo que parar por la pandemia y ahora no tiene trabajo. Cuenta que espera encontrar trabajo pronto, y asume esta situación como algo temporal.
La fila tarda en hacerse más corta. Según el horario, los voluntarios paran la entrega de comida a las 10 y media de la mañana. Pero a esa hora todavía hay mucha gente esperando. No es hasta pasadas las once cuando los voluntarios empiezan a recoger. Ellos, los voluntarios, conocen las historias de quienes les visitan cada día, y que esperan con paciencia las horas de cola. Nos lo contaba Mario, un trabajador de la iglesia que organiza a los más de 20 voluntarios que van allí cada día.
Cerca de las 11 de la mañana, se asoman las últimas personas al mostrador. Aunque a muchos ya no pueden darles un bocadillo, porque se les han acabado, sí les ofrecen arroz u otros productos que almacenan. "Menos mal que está esta gente", le dice un hombre a otro cuando Mario cierra la puerta, que volverá a abrir, como cada día de la semana, a las 8 de la mañana del día siguiente.
Claudia Platero
Redactora en Hora 25. Graduada en Periodismo.