Antonio, refugiado: "En Nicaragua cometí los delitos de ser joven, tener una carrera y ser gay"

Pamplona

Navarra acoge entre 600 y 700 refugiados al año en un año habitual, pero cae por debajo de los 300 debido a la pandemia. Patricia Ruiz de irizar, directora general de Políticas Migratorias, apunta que "tenemos plazas disponibles incluso en estos momentos, abrimos las puertas a que más personas lleguen aquí a Navarra; estamos dispuestos, tenemos los servicios adecuados y forma parte de la política del Gobierno de Navarra de acoger y recibir a las personas".

CEAR Navarra es una de las entidades que gestionan el Programa de Acogida para Solicitantes de Protección Internacional, con una duración máxima 18 meses prorrogable a 24 en el caso de que fuera necesario. Idoia Oneca, coordinadora, señala que el objetivo es "conseguir que las personas que llegan puedan empezar una vida de nuevo y que sean lo más autónomas posibles al acabar el programa"

E historias como la de Antonio, refugiado, que llegó hace dos años y medio desde Nicaragua (abogado y notario en su país). "En Nicaragua cometí entre comillas los siguientes delitos: ser joven, tener una carrera universitaria, ejercer el derecho hacia lo que consideré justo y no menos importante ser gay. Esos factores y querer un cambio para mi país es el perfil de un exiliado, de un perseguido y eso es lo que me atrajo a este país".

Así se trabaja en un proyecto de transición para ayudar a las personas que se queden en situación de vulnerabilidad tras pasar por este tipo de programas.