Un estudio revela cómo era la iluminación de las cuevas en los 'tiempos de Altamira'
Los investigadores Pedro Gárate y María Ángeles Medina han experimentado cómo veían las pinturas rupestres los hombres y mujeres del paleolítico
Entrevista a Diego Gárate y María Ángeles Medina
15:55
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Santander
Un equipo de investigadores liderados por Diego Gárate Maidagan y María Ángeles Medina Alcaide, ambos del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, ha realizado un estudio sobre los principales sistemas de iluminación del Paleolítico (antorchas, lámparas de grasa y hogueras).
En 'A Vivir que son dos días Cantabria' hablamos con ellos sobre este proyecto de investigación pionero a nivel internacional, ya que los investigadores se adentraron en una cueva natural sin restos arqueológicos donde realizaron ensayos con los diferentes sistemas de iluminación.
De esta forma, han obtenido datos sobre la duración, luminancia, intensidad, radio de acción o temperatura de color de cada una de las herramientas de iluminación que se empleaban durante el Paleolítico.
"El arte paleolítico no es como lo vemos ahora y estos datos nos permiten recrear virtualmente cómo lo veían realmente nuestros antepasados", aseguran los investigadores. En el caso de las antorchas, nos explica Diego Gárate, "lo ves todo en una escala de rojos".
Precisamente una de las grandes contribuciones del estudio está la de profundizar en el conocimiento de las antorchas paleolíticas, poco estudiadas hasta ahora. Los ensayos demostraron que son el mejor sistema de iluminación para transitar espacios amplios y explorar cuevas debido a que proyectan luz en todas direcciones y por ser fáciles de transportar.
Entre sus principales desventajas estaría el que favorecen la producción de humo, de hecho las pruebas realizadas por los investigadores arrojaron unos restos de combustión "muy similares" a los encontrados en las cuevas arqueológicas: carbón vegetal en las superficies horizontales y marcas negras en paredes y techos.
Por otra parte, se ha comprobado que las lámparas de grasa son el recurso de iluminación idóneo para uso en espacios pequeños durante un periodo prolongado y cuya intensidad de luz es similar a la de una vela.
Un sistema que no permite un tránsito cómodo por la cueva, ya que deslumbra a la persona que porta la lámpara y no ilumina bien el suelo por proporcionar un halo semicircular.
Finalmente, los experimentos que replican las hogueras revelaron una producción de humo tal que, si el espacio está cerrado o hay poca ventilación, puede resultar asfixiante e incompatible con la presencia humana.