No es cuestión de abrir el primero, es cuestión de no volver a cerrar

Alicante

Como diría Aznar -que cada vez se parece más a su guiñol-, conviene apuntar y no olvidar. Y a diferencia de él, no lo digo en tono de revancha, ni mucho menos, sino para recordar de dónde venimos. Y es que, tras el varapalo del Gobierno de Boris Johnson al turismo de la Costa Blanca -que, por cierto, los hoteleros se lo han tomado con espíritu deportivo- conviene no olvidar cómo estábamos al inicio del verano de 2020.

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Lo digo para evitar el derrotismo o el partidismo, que de todo hay. Es cierto que se entiende mal que no se permita que los británicos vengan a nuestra provincia. Tampoco que no se permita salir a los que ya tienen la pauta completa de vacunación sin cumplir una posterior cuarentena. Pero, dicho lo cual, las perspectivas turísticas para este verano son mucho mejores y, de hecho, el 70 % de la planta hotelera ya ha abierto.

Lo importante es que cuando empiecen a llegar los británicos no haya vuelta atrás, como ha sucedido en Portugal. Y por ello, hay que esperar que a las islas Baleares les vaya bien. Y es que tampoco conviene olvidar lo que sucedió el año pasado: se levantaron rápidamente las barreras y luego lo pagamos con la tercera ola. No es cuestión de abrir el primero, es cuestión de no volver a cerrar.