Social Club abrió sus puertas este sábado para acoger otra prueba piloto del ocio nocturno
Con aforo de 300 personas, las entradas rebasaron por poco las 200. Era obligatorio el uso de mascarilla FFP2 de forma permanente y había que presentar una prueba negativa de COVID
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Los primeros clientes de Social Club en la prueba piloto del ocio nocturno / Cadena SER
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Palma
Esta noche se ha celebrado en la discoteca Social Club la prueba piloto del ocio nocturno. El aforo estaba limitado a 300 personas, aunque no se vendieron todas las entradas. Para acceder al recinto, los asistentes tenían que presentar un test de antígenos negativo o demostrar que estaban vacunados. El uso de la mascarilla FFP2 era obligatorio en todo momento, excepto para consumir.
Las puertas de Social Club se abrieron a las nueve de la noche. Sin embargo, a penas diez personas entraron en el local. Clara, Esperanza y David, tres maestros de 25 y 30 años, que accedieron al local vacunados se mostraban ilusionados por volver a pisar una discoteca un año más tarde.
Todos ellos afirman que bailar con mascarilla no es un problema porque ya están acostumbrarlos a llevarla. En la misma línea, Álex Sibot afirma que no es un impedimento para bailar y Clara asegura que ver el rostro de la gente no es lo más importante.
Este grupo de amigos consideran que el ocio nocturno debería volver a activarse porque, según dicen, se evitarán muchos botellones, donde no se mantiene la distancia de seguridad ni se sigue ningún protocolo. Esta es la visión de la Asociación Balear de Ocio Nocturno y Entretenimiento (ABONE). Su presidente, Miguel Pérez Marzal, afirma que los botellones son una consecuencia de que las discotecas estén cerradas. Sostiene que el ocio nocturno es la solución al descontrol en las calles.
La jefa de operaciones de Social Club, Mari Carmen de Pablo Garí, afirma que no sabe cuando volverán a abrir la discoteca. Dice que todo depende del resultado de la prueba piloto que, asegura es el primer paso hacia la normalidad.