En Torrellas le 'ladran' a la despoblación apostando por el arte urbano
Tres artistas decoran estos días otros tantos muros de esta localidad. El evento deja ya 18 murales repartidos por el pueblo, que se completan con 20 puertas decoradas con otros tantos rostros multirraciales
Lalo, alias Lalone, decora una de las fachadas de Torrellas con la expulsión de los moriscos / Cadena SER Tarazona
Torrellas
En Torrellas (Zaragoza), de 269 habitantes, le "ladran" a la despoblación, apostando por el arte urbano desde 2015. A través del Festival Guau, una vez al año tres artistas urbanos llegan a la localidad y, durante una semana, dan rienda a su creatividad en los muros más degradados de Torrellas. Una apuesta por el arte del grafiti que ha obligado a organizar visitas guiadas al pueblo todos los fines de semana.
Lalone, Malakay y Sabotaje Montaje se han convertido estos días en el punto de atención de los vecinos de Torrellas. A bordo de sus grúas y espray en mano, van dando forma a nuevas obras de arte urbano que siguen salpicando las estrechas calles del pueblo.
En el bar, Lalo, alias Lalone, decora una de sus fachadas. La escena forma parte de una de las más conocidas historias del pueblo, la expulsión de los moriscos, por la que de 2.000 vecinos quedaron dos: el cura y carnicero que obtuvo la bula del obispo de Tarazona porque había accedido a vender carne de puerco.
Propuesta del canario Matías Mata, alias Sabotaje Montaje / Cadena SER Tarazona
Ninguno de los dos sale en el mural. "Para que no quede muy deprimente lo hemos enfocado por el tema de los niños, que se lo toman como una aventura. Ellos van delante señalando el camino y detrás el resto del pueblo con el semblante más serio”, explica el artista.
Y si el mural de Lalone habla de los que se fueron, el del canario Matías Mata, alias Sabotaje Montaje, lo hace de todo lo contrario, “de repoblación”. Y para ello se centra en lo que están por venir, “es un guiño a la repoblación de los pueblos, un niño con su chupete, las ovejas… relacionándolo con los pueblos, vida feliz que digo yo”.
Una puerta decorada con el rostro de una anciana / Cadena SER Tarazona
Isaac Malakay, de Alicante, es un verso suelto. En un muro cerca del Ayuntamiento, cuenta con sus trazos la historia de un niño que pretende regalarle la luna a una muchacha. Una escena que evoca al amor. O no. “No lo sé, el chico le ofrece la luna, tú interpreta lo que quieras porque la chica está un poco neutra. A lo mejor se lo está pensando”.
Un espantapájaros saluda a los visitantes y vecinos a la entrada de Torrellas (Zaragoza) / Cadena SER Tarazona
Para Malakay, el arte no entiende de entornos, y mucho menos de la dicotomía entre rural y urbano, porque “cualquier pared es susceptible de ser pintada”. Solo hay una diferencia: “Aquí escucho pájaros y otros sitios, coches”.
Hoy, viernes, se ha organizado una visita sorpresa a los murales de este año en la que descubrir estas tres nuevas obras de arte urbano que siguen enriqueciendo el museo al aire libre en el que se ha convertido el pueblo de Torrellas. Se suman a las visitas guiadas por la localidad que tienen lugar todos los fines de semana de verano para conocer el arte urbano de Torrellas.
20 rostros que se asoman a la puerta
La apuesta por arte urbano ha ido creciendo en los últimos años. A los murales que surgen del ‘Guau’, se suma la iniciativa del artista Xolaca por la que se pintaron 20 puertas metálicas de Torrellas.
Se retrataron de inicio los rostros de niños de varias culturas en las puertas metálicas que rompían el paisaje rural de la localidad. La iniciativa tuvo tal repercusión que, en los años sucesivos, se repitió la experiencia con caras de ancianos y jóvenes que representan las etnias del mundo. Los últimos en retratarse fueron los rostros de varios premios Nobel.
Espantapájaros que atrae turistas
Por si todo esto fuera poco, El Ayuntamiento de Torrellas ha puesto en marcha una actividad por la que recuperar uno de los elementos más característico de las huertas rurales, los espantapájaros. “Nos parece una actividad entretenida que empezamos a hacer al finalizar el confinamiento”, explica Pilar Pérez, alcaldesa de Torrellas.
El resultado llama mucho la atención y no deja indiferente a nadie. “Hay gente que se asusta al verlos, otros que los saludan todas las mañanas, porque los confunde con personas", explica Pérez. "Hay muchas anécdotas con ellos”, añade.
Se han colocado 11 espantapájaros en las entradas y salidas del pueblo, en medio de los caminos y en las propias huertas. Están causando sensación entre vecinos y visitantes porque, de ninguna manera, pasan desapercibidos.
Una apuesta de Torrellas por la creatividad que no hace más que incrementar el turismo en el pueblo durante los fines de semana. Ahora esperan que también ayude a combatir la despoblación.
