Los rocieros jerezanos aplacan sus ansias con una multitudinaria misa
Unas 4.000 personas se dan cita en la plaza de toros en una celebración en la que se reconoce a Álvaro Domecq con el título de "Rociero de Honor"
Jerez de la Frontera
La Hermandad del Rocío de Jerez vuelve a estar a la altura de las circunstancias. En un domingo de Pentecostés para la historia, unos 4.000 hermanos y devotos de la Virgen del Rocío participaron en una misa presidida por el aministrador apostólico de la diócesis de Jerez, Federico Mantaras.
Una veintena de carretas, además de la del Simpecado, presidían un escenario espectacular no exento de buen gusto y de respeto. En el ruedo, cientos de sillas blancas vestidas con distancia de seguridad entre ellas, exhorno floras y una nutrida presencia de fieles en el tendido para aplacar la ansiedad otro año más sin la presencia de la Virgen en El Rocío.
En el transcurso de la celebración, en la que no faltó la música a cargo del Coro de la Hermandad, se otorgó a Álvaro Domecq el título de "Rociero Honorario", anuncio al que el público correspondió con una cerrada ovación.
La alcadesa de Jerez, Mamen Sánchez, estuvo igualmente presente en el acto y recordó la apertura del expediente para la proclamación del ex rejoneador y ganadero como Hijo Predilecto de la ciudad.
Uno de los momentos de mayor emoción fue el de la suelta de palomas.