Ni central ni zurdo, sencillamente Lander Olaetxea, el que secó a Kanté
El volante vasco aceptó el reto de ser central por la lesión de Bobadilla y la falta de ritmo de Clemente
Ni central ni zurdo, sencillamente Lander Olaetxea, el que secó a Kanté
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Logroño
El partido de ayer fue el reflejo en noventa minutos de lo que está siendo este Logroñés durante la temporada. Es el equipo que tiene la peor racha de resultados, con doce partidos sin conocer la derrota, imagino que por culpa de muchos primeros tiempos como el de ayer. Y también es el equipo que tiene la mejor racha de resultados de la categoría con seis triunfos seguidos, intuyo que por segundas partes como la de ayer, en la que tuvo una jugada, un instante de inspiración, con Iñaki y Andy, dos amigos para la eternidad blanquirroja, que le permitieron ganar esta final.
Así es este Logroñés. Capaz de lo peor, más habitualmente de lo que nos gustaría, pero es lo que hay. Y también capaz de lo mejor, mantenerse en pie pese a los golpes que está recibiendo. Es imposible no empatizar con las imperfecciones irresolubles de un equipo que se muestra como es, sin ocultar nada: ni lo bueno ni lo malo, para tratar de seguir en Segunda y que tú vuelvas al estadio la temporada que viene.
¿Cómo un equipo puede tener estas dos caras? ¿Cómo un equipo puede cambiar tanto en tan solo quince minutos que es lo que dura el descanso? Se lo preguntamos a Sergio Rodríguez, qué les dijo en el descanso de ayer en el vestuario de Las Gaunas. Y esto les dijo para tranquilizarles un poco. Porque todos sabemos cómo los nervios pueden tirar al traste el haber preparado bien un examen o el tener la capacidad para hacerlo pero no conseguirlo por culpa de la tensión acumulada y mal gestionada.
Porque este equipo es muy consciente de lo importante que es para el club, para los trabajadores del club, para sus seguidores también, por supuesto, mantener la categoría. Y esto les está pesando, les está pesando bastante.
Y en esta gestión de la presión para esta recta final del campeonato residirá en parte la clave para tener éxito y lograr por tanto la permanencia.
Cómo no empatizar con un Logroñés que se reinventa en el descanso, que se pone bizarro de verdad, porque su central riojano juega con el pie roto, porque su sustituto es un delantero que se coloca de central porque tiene arrestos para eso y mucho más. Lander Olaetxea, al rescate.
