Sociedad | Actualidad

Los vecinos afectados por las cocinas fantasma acuden al Defensor del Pueblo

Han entregado una solicitud para que este organismo medie ante la decisión del Ayuntamiento de Madrid de no retirar estos negocios

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, conversa con los vecinos y asociaciones del CEIP Miguel de Unamuno, que protestan por la instalación de 4 chimeneas de unas cocinas industriales frente al patio del colegio, a 17 de mayo de 2021, en Madrid (España). / A. Pérez Meca (EUROPA PRESS)

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, conversa con los vecinos y asociaciones del CEIP Miguel de Unamuno, que protestan por la instalación de 4 chimeneas de unas cocinas industriales frente al patio del colegio, a 17 de mayo de 2021, en Madrid (España).

Madrid

Las 'cocinas fantasma', también conocidas como 'dark kitchen', son negocios que atienden a la demanda de entrega de comida a domicilio. Han surgido como una alternativa a los restaurantes tradicionales que han perdido clientes desde el inicio de la pandemia. Las cocinas están situadas en zonas residenciales y cada vez son más las que afectan a los vecinos. Según la FRAVM (Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid), ya son una veintena de naves industriales de estas características, entre las que están abiertas y las anunciadas. El Ayuntamiento de Madrid, por su parte, ha contado diez 'dark kitchen' en la capital.

Las cocinas producen diferentes efectos adversos entre los vecinos de los barrios, entre los que destacan: un empeoramiento de la calidad del aire, contaminación acústica, aumento de residuos y proliferación de chimeneas que se mueven y causan ruido. "Son actividades insalubres porque la comida, cuando se cuece, suelta dióxido de carbono y otros contaminantes", comentaba Vicente Pérez Quintana, Responsable de Urbanismo de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid.

Los distritos que sufren estos efectos son Arganzuela, Chamartín, Puente de Vallecas y Tetuán. Las cocinas se encuentran en el bajo de algunas de las viviendas de estos barrios. Además, la situación se agrava en una escuela de la Calle Ferrán, en el barrio de Arganzuela, El patio de recreo del colegio Miguel de Unamuno colinda con la pared de una de las cocinas que van a abrir, lo que afectaría a “900 niños durante 7 horas diarias, 9 meses y 9 años”, según la Representante de la Asociación de Familias de Alumnado del colegio.

El documento menciona al Ayuntamiento de Madrid, quien avala a las naves industriales continuar con los negocios. Según los vecinos, el Ayuntamiento permite la actividad de las cocinas con el argumento de que “son legales”. La FRAVM insiste en que no todos los negocios están en regla. Afirma que, según la normativa urbanística, deben tener una plaza de carga y descarga, algo con lo que no cuentan. Asimismo, considera que incumplen las normas de ruido y asegura que “el ayuntamiento no ha hecho mediciones de ruido”.

Vicente Pérez Quiroga, Representante de la FRAVM, añade que algunos de los negocios no tienen licencia, sino una Declaración Responsable. “No vale con una declaración responsable. El Ayuntamiento de Madrid obliga a que los negocios tengan licencia”. Desde la Federación estiman que hasta que no se apruebe la modificación, los negocios tendrán el tiempo necesario para “asentar sus actividades hasta hacerlas irreversibles”.

Por este motivo, los vecinos ya han pedido una moratoria de las licencias. Si, finalmente, no hubiese un cese de la actividad, el día 25 de mayo se hará una entrega de firmas en el Ayuntamiento, día que será el pleno. Cada comunidad de vecinos está emprendiendo las acciones necesarias para paralizar la actividad si no cesase tras el documento otorgado a El Defensor del Pueblo. Entre las medidas, algunas comunidades barajan la posibilidad de ir a los Tribunales de Justicia.

 
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