"Mi mayor felicidad, juntar a mi padre con mi madre en el mismo nicho"

Ciudad Real

Regina Robledo Masegosa tenía 4 años cuando un 11 de noviembre de 1939 fusilaron a su padre, Emilio Robledo Romero. Meses antes le detuvieron en su propia casa en presencia de su mujer y de sus dos hijos. Una escena que conmocionó a su madre; recuerda "se le pusieron los dientes negros".

Era jornalero, tenía 35 años y después de 7 meses en la cárcel de Almagro, donde también le torturaron llegó el final. Ni siquiera pudieron despedirse de él.

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La madre de Regina era encajera pero en aquellos años después de la guerra, para sacar la familia adelante tuvo que tirarse al campo porque nadie compraba encajes.

Es uno de los represaliados que comparten la fosa que se ha descubierto en la capital manchega. Regina no le recuerda físicamente, aunque no deja de mirar una y otra vez su foto y repite lo que decía su madre: cómo se enganchó al pantalón de su padre cuando se lo llevaban.

La madre decidió trasladar a sus hijos a Puertollano con una hermana y mientras permaneció en prisión, todos los días le llevaba ropa limpia y comida. Recuerda que le contaba que le entregaban una peseta, muchas veces ensangrentada, de las palizas que recibía.

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Hoy 82 años después reconoce su alegría por tener la oportunidad de reunir sus huesos con los de su madre y uno de sus hermanos. Con una media sonrisa confiesa que es uno de los días más felices de su vida.

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