Miquel: "Ya son tres veces que veo llorar a mi gente; no vale"
La hostelería de Aranda clama por un nuevo cierre que inunda sus pocas opciones de reacción y para más inri ante unos datos que no se circunscriben a la realidad de la ciudad
Los responsables hosteleros advierten de que "puede ser una catástrofe"

Comedores como el de Casa Florencio estarán vacíos, al menos, 14 días / Cadena SER

Aranda de Duero
Una vez más en el ojo del huracán. Y una vez más, sin unos datos que lo avalen. La Junta de Castilla y León ha cerrado desde este martes el interior de los locales hosteleros de Aranda de Duero, en pleno fin de Estado de Alarma, en pleno momento de comuniones, en pleno arranque de un sector que ha demostrado no ser el causante del aumento de los casos. Y para más inri, la Junta ha tomado como ejemplo su semáforo de aquella manera: aplica cierres cuando la incidencia acumulada supera los 150 casos por 100.000 habitantes, y en el caso de Aranda, estaría por debajo de esa incidencia si no se contaran los 27 contagios que han aflorado en el convento de La Aguilera, cuarentenado, en una pedanía a 10 kilómetros de la ciudad y que no corresponde a una zona sanitaria urbana, sino a la rural.
Rafa Miquel, de Casa Florencio, es uno de los tantos afectados por esta situación. Dice que "la diferencia entre la tristeza y la ira es que a veces la segunda te lleva a la solución". "La tristeza te hace no ver la solución y no hay que caer. Aquí hay que elegir modelo. No vale que seamos junto con Navarra el único que aplica los famosos semáforos cuando se demuestra que la hostelería es uno de los mejores apoyos, porque nosotros controlamos. Hoy nos vamos a afrontar una situación novedosa. Nos cierran a nosotros y todo lo demás está abierto; puede ser una catástrofe", añade.
Y todo esto llega cuando acaba el Estado de Alarma, pero también cuando se ha visto descontrol y jolgorio en las calles. "Yo me siento hasta asustado por las imágenes que hemos visto. Pero cuando nosotros hemos estado cumpliendo todo, lo hacemos todo, y ellos, su responsabilidad -que es que eso no pase- no lo están cumpliendo. No hacen que la gente respete las distancias, que haya mascarillas. Yo viniendo he escuchado al Consejero de la Junta vender que el destino turístico es Castilla y León... Le voy a decir sopelma. No voy a insultarle. Pero es que si no nos cuidan, nosotros no estaremos cuando vengan los turistas. Ellos tardan horas en aplicar sus semáforos, pero han pasado seis semanas y no han gestionado nada en ayudas directas. Qué van a presumir del modelo madrileño, si están a mil años luz. Qué presumen. No nos han ayudado nada", explica.
Para Miquel, haciendo alusión al 'Vivir a la Madrileña', dice que "vivir a la castellana es que nos arruinen" ."Ya sé que tenemos las condiciones, una población envejecida lo cual es preocupante, pero que no presuman de nada. Con unos esquemas talibanes de atacar a la otra parte de la moneda que es la economía no han conseguido nada", recuerda.
Y evidentemente, Miquel comparte el mensaje de la tristeza, y de la impotencia. "Yo comparto que es un tema que me llega a emocionar pero ya son tres veces que veo llorar a mi gente; no vale. Hoy he pasado una mañana llamando a clientes diciendo que no abrimos; ya estábamos llenando este fin de semana y el siguiente. Y los clientes tampoco se merecen esto. Y escuchas a la gente decir 'bueno no pasa nada lo atrasamos'. Pero qué iban a provocar esas personas. A que la pandemia crezca o no cuando cuidamos a nuestros clientes. Estamos restando. Ya no digo la que se va a preparar con las comuniones. Es que si esa gente lo va a hacer a nivel personal pues ya está liada, que la hostelería no es el foco. Parece que estamos enfrentados contra lo que está contra el virus y no, todos estamos contra la pandemia incluida a la hostelería. Ellos son quienes nos han enfrentado, y los datos no lo corroboran", explica.
"Haremos lo que esté en nuestra mano"
La presidenta de la Asociación de Hosteleros de Aranda y Ribera, Nuria Leal, afirma tener "ganas de llorar por impotencia". "Lloro por los hosteleros que no tienen terraza como Rafa. No es justo. Ahora que veíamos la luz un poco, estos señores nos vuelven a dar una vuelta de tuerca. El sector hostelero es duro y fuerte pero llega un momento que esto se hace difícil y yo no sé hasta dónde vamos a poder aguantar. Hoy me llegaba un proveedor casi llorando, tenían todo preparado para las comuniones. Me gustaría que el señor Igea y el señor Mañueco vean lo que está pasando ¿Tú sabes cuantos abuelos querían ver a sus nietos, ir a un restaurante donde están todas las medidas adaptadas y estar con ellos? Y ahora van y cogen y eso lo arrancan de cuajo. Juegan con los hosteleros y toda la gente. No sé lo que vamos a conseguir pero no nos vamos a rendir", añade.
Y de hecho, piensan recurrir a la medida si es posible. "Mañana tenemos una reunión y vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para recurrir. Todo lo que esté en nuestras manos lo vamos a hacer y si nos toca salir a la calle lo vamos a hacer. El ciudadano no tiene la culpa. Y tenemos que dejarnos oír. Ahora mismo tenemos una ira dentro que haríamos cualquier cosa", apostilla.
Por último, Miquel, se sincera considerando que "siendo justos, esto no les debería salir gratis". "Les recuerdo a los políticos que ellos siguen cobrando su sueldo y todas las pagas extras. A ellos habría que decirles que no les debería salirles gratis, sea a nivel económico, personal o político. Y lo tendrán en sus conciencias. Nosotros vamos a procurar no ser el arma donde caiga todo. Nadie nos está ayudando. Nada de nada. Y cuando tienen millones para entregar, no lo mueven. Llevan seis semanas con ello parado. Lo pagarán. La indignación es esa", concluye.