Javier Ruibal: "Reivindico de los políticos compasión y solidaridad"

Cádiz

Javier Ruibal vuelve al Teatro Falla de Cádiz. Lo hace rodeado por sus hijos, Javi (a la percusión) y Lucía (al baile). Con los músicos José Recacha y Diego Villegas. Con muchas ganas. Con alegría, humor y amor. Viene a presentar un disco, Ruibal, nacido del confinamiento. "Es un disco que pensé para el día después, imaginando que se escucharía una vez que pasara todo esto".

Pregunta. Será un concierto en familia. Y es literal porque ahí estarán sus hijos. Le han salido artistas y de los buenos.

Respuesta. Por suerte. Sobre todo porque son artistas responsables. Todo hay que trabajárselo, así que me alegra de que lo hayan tomado muy en serio.

P. El disco es una mezcla de canción, humor, amor... en definitiva, de alegría. ¿Es lo que hace falta? ¿Es necesario que la música sea ahora una fiesta?

R. Es fundamental. Todo debería ser una fiesta ahora mismo. Estamos encaminándonos a la salida de esta pesadilla. Estamos muy necesitados. Nos estamos acostumbrando y casi no nos damos cuenta, pero el esfuerzo ha sido mucho. Hemos renunciado a muchas cosas. Hay que salir lo más naturales posibles, sin hacer de esto una broma. Porque no lo es. Pero hay que intentar mejorar, al menos, el ánimo. Y por eso el humor es fundamental.

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P. El disco está compuesto durante el confinamiento. ¿Qué le inspiraron aquellos días?

R. Que esto que nos cayó encima había que pasarlo intentando no perder la cabeza. No caer en la depresión ni en la rabieta. Porque hay gente que se ha enrabiado mucho. Bueno, esto nos ha caído y nos ha caído. Yo intenté pensar en el día después, y el día después yo me imaginé a la gente viendo los conciertos sin ganas de tragedia. Intenté dar retazos de lo que he sentido, pero hacer algo optimista. Porque el ser humano es muy pesado y siempre continúa. Intenté no perder el paso.

P. Ha sido un año muy intenso para usted, porque, además de disco, ha sacado también poemario con Coraza de barro (Editorial Aguilar).

R. El poemario estaba escrito antes , pero su publicación fue coincidente con la pandemia. Al poemario no le vino nada bien porque no pude presentarlo debidamente. Se hizo todo de forma telemática. Ha sido un año intenso en el año más raro de nuestra generación. Yo he sacado un disco, un libro y he ganado un Goya. Ya más no puedo hacer. Ha sido todo muy imprevisible. Pero tenía ganas de expresarme poéticamente. Que es un camino similar pero distinto del de la canción. Tiene otros mimbres, otra puerta, se habla hacia adentro. La canción es un punto de encuentro con los demás, y el poema es intentar expresar algo y el que quiera que se involucre. En el interior las cosas no son tan bellas y armónicas.

P. El disco también incluye relatos gracias a eso que ya está casi en vías de extinción como son las ediciones de lujo. ¿Echa en falta la fisicidad de los discos?

R. El formato se va reduciendo, al tamaño casi de un sello de correos, o incluso más pequeño. Pero es bueno mantener el vínculo con el público. El disco físico tiene algo de protocolo, de ritual. Es más bonito que darle a un botón. Lo que hemos hecho ha sido un lujo: un libro de 100 páginas que acompaña al álbum, con un relato para cada canción, aunque no cuentan exactamente lo mismo.

P. Además de sus hijos y estas canciones tan felices, ¿quién más y qué más estará en este concierto?

R. En este gira no podemos estar con la banda habitual, pero sí estarán José Recacha, que es mi escudero, que toca la guitarra y bajos; y Diego Villegas, que toca toda clase de instrumentos de viento. Vienen a dar el lujo que merece nuestro coliseo, volver al Falla con la ceremonia que se requiere. Tenemos muchas ganas de brindarle al público lo mejor que tenemos. Volver al Falla es regresar a lo natural, a lo nuestro.

P. Usted es mucho de reivindicar a través de la música. Lo que está viviendo en 2021, ¿qué le inspira?

R. Yo reivindicaría en estos momentos compasión y solidaridad. Creo que es lo que más echo en falta en este momento. Yo no dejo de cruzar los dedos para que entremos en una dinámica un poco más de todos, pero parece que la situación política va para otro lado. Hay una bilis muy mala que lo contamina todo. Los políticos, en vez de ser reflejo para mejorar la sociedad, están a lo suyo. Tienen poca conexión con la sociedad, salvo algunos. Siempre hay excepciones. Pero la mayoría están en el veneno. Así que veo difícil que salga una cosa constructiva. Mi aportación ha sido dar buen ánimo para seguir, pero veremos qué ocurre. Como humano que soy, creo que conozco a mi especie, y la mayoría pasará página y mirará a otro lado. Eso será penoso. Porque va a salir mucha gente perjudicada.

P. Una de las canciones del disco se llama "Yo soy africano". ¿Qué ha querido contar con ella?

R. Pues eso, que dentro de todos y cada uno de nosotros hay un africano. Todos venimos de ahí. Es un alegato contra el fascismo y el racismo. Contra el desprecio y el expolio. No les podemos devolver todo lo que se les ha quitado de materias primas y derechos, pero, al menos, vamos a devolverles la dignidad y el respeto. Debemos tratarlos como iguales. En estas situaciones de carencia, los fanáticos echan la culpa a los que vienen a buscarse la vida. Yo reivindico que hay un africano dentro de todos nosotros.