Contra la banalización de las amenazas
Eva Domaika pone la lupa en las balas enviadas a Iglesias, Grande-Marlaska y Gámez
Bilbao
Lunes tras lunes. Alguien dejaba una bala en el casillero del grupo popular en el Ayuntamiento de Donostia. Gregorio Ordóñez le quitaba hierro, hasta regaló una al periodista Iñigo Urrutia porque él ya tenía muchas. Esa bala se exhibe en la exposición 'Gregorio Ordóñez. La vida posible'. Era un aviso de que ETA pasaría a mayores. Y le asesinó.
Todos sabemos en este país lo que significa recibir una bala, como que pintaran de rojo tu portal, tu foto apareciera en un cartel o tu rostro en una diana. No pretendo prejuzgar ni la intencionalidad ni, por supuesto, las consecuencias de las balas enviadas a Iglesias, Grande-Marlaska y Gámez. Solo advertir contra su banalización. Quienes le quitan importancia o sugieren que es un montaje, me recuerdan a los que menospreciaron la kale borroka como "chiquilladas" o decían que tal político presumía por llevar escolta.
El hostigamiento, la intimidación y la coacción no pueden ser tolerados en ningún caso y bajo ninguna excusa. Es intolerable la amenaza y es intolerable banalizarla. Hemos aprendido de nuestra historia que solo se puede estar en un lado. Enfrente. Y unidos.
Eva Domaika
Jefa de informativos en Cadena SER Vitoria. Presenta el informativo diario ‘La ventana Euskadi’. Si...