A Salvador Pineda
Miguel Pérez Aguilar
Miguel Pérez Aguilar / Radio Jerez Cadena SER
Jerez de la Frontera
Amigo Salvador, qué pronto te has ido y cuánta pena tenemos todos. Tengo la sensación de que nos quedan muchas conversaciones pendientes. Esas conversaciones interminables que mantuvimos durante años mientras recorríamos la provincia pueblo a pueblo para reunirnos con los afiliados… salíamos temprano y llegábamos muy tarde.
Durante años aprendí de ti que la reivindicación no tiene por qué estar reñida con las buenas relaciones y el saber estar. Que es más fácil todo cuando se empatiza con las personas. Aprendí también a analizar los problemas, a desenvolverme en las reuniones y en los despachos y a contar diez antes de hablar. Recuerdo las primeras reuniones en las que dejabas que me estrellara, mientras observabas sin reprocharme nada. Sabías que la mejor forma de aprender el sindicalismo es ejerciéndolo, equivocándote. Recuerdo aquella primera rueda de prensa que dimos juntos en plenas elecciones al Consejo Regulador, allá por el año 2001, en la que presentamos la candidatura de COAG y me aseguraste que yo no tenía que intervenir, que tú te encargarías de todo, que estuviera tranquilo y, claro, a los dos minutos giraste todos los micros para que la presentación la hiciera yo, ¡tierra trágame!
Repetías tu mantra sindical a diario, LA DIGNIFICACIÓN DE LA GENTE DEL CAMPO. Y lo conseguiste, pusiste al sector agrario en el panorama informativo de la provincia, con capacidad de influencia, con interlocución y presencia en todos los ámbitos en los que se hablara del campo.
La vida no ha sabido tratarme como te merecías, ahora que estabas en tu mejor momento personal y familiar, con tu jubilación y con tu nieto que te traía loco, te aparta de todo, ¡qué injusticia!
Salvador, Amigo, seguro que donde estés iluminaras a los demás con esa sonrisa tuya. Te mando el abrazo que no te pude dar y lo hago en nombre de tu familia agraria.
