Las bibliotecas de Alicante redujeron a la mitad sus préstamos y el 61% de usuarios durante la pandemia
Los responsables culturales de estos centros denuncian que llevan años sin adquirir libros ni renovar mobiliario porque la inversión municipal es de 0 euros, con una mínima reserva para mantenimiento
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Una empleada traslada libros a los estantes de una biblioteca. / Getty Images
![Una empleada traslada libros a los estantes de una biblioteca.](https://cadenaser.com/resizer/v2/BYPXGHDFTRLG3MJET65L4B42IE.jpg?auth=98a2df8a15a71311d0107519da809b2043e2c6923ccce18e8f78fb978a7b5d91)
Alicante
Las bibliotecas municipales de Alicante sufrieron una merma del 47'5% de sus préstamos y del 61% de sus usuarios durante el año 2020. De los 84.800 préstamos que se contabilizaron en 2019, se bajó en 2020 a 44.500 y los usuarios cayeron drásticamente desde los 162.790 a 63.244 en el año de la pandemia.
De esos 44.500 préstamos, el 92,7 fueron libros, y de éstos el 44% de narrativa de adultos y el 47% de infantil y juvenil. El resto fue material especializado. Una situación dramática, en el momento en que más se necesita el apoyo y la compañía de la lectura, y a la que se suma el abandono de estos centros culturales, que denuncian sus propios responsables en Alicante.
De hecho, aseguran que desde hace tres años, las bibliotecas alicantinas viven exclusivamente de las donaciones particulares y la inversión es de 0 euros. Estas conclusiones se pusieron en evidencia durante la mesa redonda "Leer en Alicante" organizada online por la Sede Ciudad de Alicante de la UA el mes pasado, en la que reflexionaron tanto responsables de política cultural como libreros de Alicante.
Antonio Oliver, técnico coordinador de Bibliotecas Municipales de Alicante, asegura que llevan años sin poder comprar libros ni mobiliario, porque no se les concede. El único dinero que se reserva es para mantenimiento, compra de suministros y mensajería, pero para lo demás, la inversión es 0, asegura.
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Josefa Ors, directora de la Biblioteca Pública Azorín de Alicante, que gestiona la Generalitat, recuerda que a causa de la pandemia este centro estuvo cerrado del 16 de marzo al 18 de mayo y que los préstamos se redujeron aquí también en un 30%. No obstante, la situación propició el desarrollo de plataformas digitales y se ganó hasta un 22% de usuarios que utilizaron el catálogo colectivo.
La colaboración con los colegios, que se daba por perdida, se salvó gracias a iniciativas como las lecturas de cuentos vía telefónica, como se está haciendo este año con Gianni Rodari y su personaje el señor Bianchi, que ya conocen 4.500 niños alicantinos. No obstante, el gran agujero, dice, es el de los lectores de 14 a 18 años. Para ello, Ors propone hacer hincapié en los chavales de 10 a 12 años y para no perder aquel tramo específico, incluir laboratorios que los acerquen de nuevo a las bibliotecas.
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Reestructurar la distribución de bibliotecas
Pide Ors abrir los espacios públicos a la ciudadanía y, por eso, otro punto en el que insisten es en un plan para reestructurar a medio plazo la distribución de las bibliotecas.
Oliver recuerda que ahora mismo atienden a la zona Norte la biblioteca de Virgen del Remedio; la de Florida Babel al sur y en la zona del este, la de El Cabo, en el centro comunitario de playas que, con un aforo de 17 personas está dando servicio a una población de 50.000 habitantes y urge la creación de una de nueva planta.
La idea sería a más largo plazo crear también una en las Cigarreras, como referente cultural para la zona del Pla, otra en Doctor Jiménez Díaz, como zona de amplio desarrollo geográfico, y una más en el centro, en el antiguo parque de Bomberos de la plaza Séneca.
Por su parte, los libreros, como Carmen Juan, de “80Mundos” de Alicante, o Pepe Aracil, de la librería “Pynchon”, constatan que pese al miedo tras el año de la pandemia, se han visto gratamente sorprendidos por las ganas que tenía el público de acercarse presencialmente a estos comercios, y que incluso durante el confinamiento aumentaron mucho las ventas, sobre todo por internet, señala Carmen Juan.
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La idea de este debate sobre el estado de la cultura lectora en la ciudad, que se plantea continuidad, surgió tras comprobar que con la caída de la CAM desapareció la Biblioteca Gabriel Miró, un centro cultural que tenía una función relevante en la vida cultural de la ciudad, y que esa desaparición no produjo ninguna reacción.
![Sonia Martín](https://s3.amazonaws.com/arc-authors/prisaradio/28771660-d741-4ef6-ba59-692d030e20c8.png)
Sonia Martín
Cubro información local en sus variadas secciones de Alicante y comarca. Licenciada en Ciencias de la...