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Xylella fastidiosa

Los agricultores temen que a los 80.000 arboles arrancados por la Xylella se sumen 80.000 más

El campo tiene sus esperanzas puestas en una investigación de la Universidad de Alicante co-liderada por el microbiólogo Francis Mojica que trabaja en una posible cura contra la plaga que azota los almendros en las comarcas del norte de la provincia de Alicante

Jesús García, microbiólogo, Cesar Bordehore, biólogo y coordinador de la Estación Científica Montgó-Dénia (ESCIMO-Dénia) y Francisco Molinés, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Xylella Fastidosa, en Hoy por Hoy Alicante

Jesús García, microbiólogo, Cesar Bordehore, biólogo y coordinador de la Estación Científica Montgó-Dénia (ESCIMO-Dénia) y Francisco Molinés, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Xylella Fastidosa, en Hoy por Hoy Alicante

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Alicante

La Universidad de Alicante trabaja en una posible cura contra la plaga que azota los almendros en las comarcas del norte de la provincia de Alicante, la bacteria Xylella fastidiosa.

Un convenio de financiación a cuatro años con la Generalitat Valenciana permitirá a los investigadores Francis Mojica, microbiólogo y descubridor del sistema de reparación genética CRISPR, Jesús García, también microbiólogo, y Cesar Bordehore, biólogo y experto en Modelización de Sistemas Dinámicos y coordinador de la Estación Científica Montgó-Dénia (ESCIMO-Dénia) abordar una posible solución a esta enfermedad vegetal a partir de la utilización de proteínas naturales codificadas en el propio genoma de la bacteria.

Fotografía de Xylella fastidiosa al microscopio electrónico de barrido. La barra blanca de escala corresponde a 5 micras (1:200 de milímetro)

Fotografía de Xylella fastidiosa al microscopio electrónico de barrido. La barra blanca de escala corresponde a 5 micras (1:200 de milímetro) / J.E.O. de Lima y colaboradores en la revista Plant Disease, vol.82, nº1, p.94. 1998

Fotografía de Xylella fastidiosa al microscopio electrónico de barrido. La barra blanca de escala corresponde a 5 micras (1:200 de milímetro)

Fotografía de Xylella fastidiosa al microscopio electrónico de barrido. La barra blanca de escala corresponde a 5 micras (1:200 de milímetro) / J.E.O. de Lima y colaboradores en la revista Plant Disease, vol.82, nº1, p.94. 1998

El proyecto “Investigación e implementación de estrategias microbiológicas para combatir el crecimiento de Xylella fastidiosa en la Comunitat Valenciana” ya ha permitido identificar a nivel de laboratorio “moléculas activas (endolisinas) que podrían ser candidatas a una futura acción preventiva tipo vacuna (aunque realmente no lo es) o curativa similar al efecto de un antibiótico para luchar contra esta plaga que azota varios países y diferentes especies vegetales”, explica Cesar Bordehore.

La investigación de la Universidad de Alicante ha supuesto una buena inyección de esperanza para un campo arrasado por el “enemigo silencioso”. Sin embargo, todavía en su fase inicial, los expertos piden prudencia: “Como en todo proyecto científico, que, además, se adentra en un área desconocida, existe bastante incertidumbre hasta que no se empiecen a conocer los datos”.

Los agricultores temen que a los 80.000 árboles arrancados no tarden en sumarse 80.000 más

Xylella

Xylella / Getty Images

Xylella

Xylella / Getty Images

La ciencia necesita tiempo, pero a los agricultores apenas les quedan fuerzas para seguir soportando una plaga que ya ha arrancado de sus campos más de 80.000 almendros que, probablemente, no se volverán a resembrar y a los que que temen que no tarden en sumarse 80.000 árboles más.

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“La Xylella de los almendros es la COVID de las personas, devastadora”, cuenta Francisco Molinés, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Xylella fastidosa en la Provincia de Alicante. Sin embargo, mientras que la solución a la crisis sanitaria fue el confinamiento, la solución a la ‘pandemia’ de los almendros ha sido la aniquilación: cuando un árbol enferma, se arrancan todos los ejemplares en un radio de 50 metros, que, durante un tiempo, llego a ser de 100 metros.

“Nosotros solo pedimos saber qué podemos hacer. Cuatro años después [de la detección de la bacteria en territorio español], todavía no sabemos qué podemos sembrar. Si cuando empezó todo hubiéramos tenido algo claro, los agricultores que entonces tuvieron que arrancar hoy ya podrían tener árboles que empezaran a dar cosecha”. Mientras la ciencia ‘obra el milagro’, las ayudas con cuentagotas y las raquíticas indemnizaciones (entre 13 y 28 euros por árbol arrancado), a duras penas, son su única esperanza para tirar adelante.

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En la parte superior de este artículo pueden escuchar de nuevo la conversación que Carlos Arcaya ha mantenido en Hoy por Hoy Alicante con Jesús García, microbiólogo, Cesar Bordehore, biólogo y coordinador de la Estación Científica Montgó-Dénia (ESCIMO-Dénia) y Francisco Molinés, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Xylella Fastidosa.

 
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