La historia no contada, hasta ahora, de las operaciones no clasificadas de los legendarios boinas verdes

Alicante

El general de División en la reserva Jaime Íñiguez Andrade ha necesitado 20 años de experiencia destinado en la élite del Ejército español, cientos de horas de investigación y de conversaciones con militares y civiles que vivieron los hechos en primera persona para recopilar en 240 páginas Las acciones no (todas) contadas de la Unidades de Operaciones Especiales (Editorial Punto Didot, 2020).

Un trabajo ingente y una obra definitiva, pero, fundamentalmente, “un homenaje” a sus compañeros: “(...) la pasión con la que me expusieron sus vivencias y la ilusión que vi en ellos me causaron un impacto tremendo (...) Si hay que reconocer a alguien es, sobre todo, a los que han servido en estas unidades a lo largo de su historia o que sirven hoy y a sus familias, que les facilitan que lleven esa vida tan especial” (p. 9 y 10).

El preámbulo del comandante del Mando Conjunto de Operaciones Especiales (OE) de los Estados Unidos, «Hombre del Año» en 2011 de la revista TIME como responsable de la operación Neptune's Spear, que terminó con la caída de Osama bin Laden, dibuja el primer perfil de sus colegas españoles:

“No era un equipo grande, pero la mentalidad de Operaciones Especiales impregnaba todo lo que hacían: innovación, perseverancia, inteligencia, audacia, responsabilidad, confianza entre ellos y asumiendo riesgos previamente evaluados. Allí [en el Mando Componente de OE de NRF 9 y 10 de la OTAN] supe que Unidades de Operaciones Especiales españolas habían desplegado en Albania, Bosnia-Herzegovina, Kosovo, Líbano, Mali, República Centroafricana y que habían realizado operaciones de liberación de rehenes y de abordaje con oposición en aguas internacionales; que habían recuperado islas ocupadas; que tenían equipos trabajando mano a mano con los servicios de inteligencia en zonas sensibles, y mucho más. Se ganaron mi respeto y admiración”.

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Prologado por el ministro de Defensa entre 2011 y 2016, Pedro Morenés, y por el que fuera jefe de Estado Mayor de la Defensa entre 2012 y 2017, Fernando García Sánchez, Las acciones no (todas) contadas de las Unidades de Operaciones Especiales no es una novela, tampoco un relato histórico novelado, es la historia no contada, hasta ahora, de las operaciones no clasificadas de los legendarios boinas verdes desde su creación en 1962.

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El resto es historia. La Guerra de las Banderas en 1968 y la crisis diplomática tras el intento de golpe de Estado a Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial en 1983; el apoyo a las Fuerzas y Cuerpo de Seguridad del Estado en la lucha contra ETA durante la operación Iruña (1974-1976) y la operación Alazán (1981-1982); o la recuperación de la isla de Perejil tras la invasión de la Marina Real de Marruecos en 2002. Estos son algunos de los capítulos que forman parte del primer título del libro. Actuaciones en territorio nacional que anteceden a las misiones internacionales: Las operaciones de Bosnia-Herzegovina (1992-2002 y 2006-2007); el conflicto de los Grandes Lagos (1994-1995) y el genocidio en Ruanda; Albania (1997); Kosovo (1999-2002); Irak (2003-2004 y 2014-2020); Líbano (2007-2009); Afganistán (2008-2012 y 2018-2020)...

«Juntos compartimos un pitillo, un trago de cantimplora y un plato de filete de hígado surcado de arterias y frio, frio como el monte que llegó a convertirse en nuestro hogar (...) Pero, quizá, lo más importante y lo que no nos dábamos cuenta que estábamos adquiriendo y que sería lo que realmente marcaría nuestro carácter fue el sentimiento de compañerismo (...) Es ese sentimiento único en su especie y tan poco propagado por la humanidad; es ese sentimiento que el rico nunca podrá pagar, que el cobarde nunca conocerá, que el mezquino y egoísta siempre tendrá vetado. Que ni políticos ni mercados financieros podrán manipular, otorgar o restringir» (Carlos Rodríguez Burgos, emilitar de remplazo que formó parte de una unidad de OE).

El autor

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Jaime Íñiguez Andrade (Burgos, 1959) recibió el despacho de teniente de Infantería en 1989, pasando a la Reserva en 2019 de general de División y como Comandante del Mando Conjunto de Operaciones Especiales.

Más de la mitad de esos 38 años ha estado destinado en Unidades de Operaciones Especiales: COE 62 (Bilbao), COE 12 (GOE I, Colmenar Viejo, Madrid), Mando de Operaciones Especiales (Alicante) y Mando Conjunto de Operaciones Especiales (Retamares, Madrid). También ha estado en la Brigada Paracaidista, en la Fuerza de Acción Rápida, en el Cuartel General de Operaciones Especiales de la OTAN y en el Mando de Operaciones.

El general Íñiguez ha desplegado en Centroamérica (1990), Bosnia-Herzegovina (1996), Kosovo (2000) y Afganistán (2010); en esta última nación dirigiendo la Célula de Fusión de Unidades de Operaciones Especiales de la Coalición. Recientemente designado como NATO SOF Senior Mentor (mentor principal de operaciones especiales de la OTAN).