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El descrédito en Segunda

El Logroñés suma la peor racha del campeonato, es el peor equipo de esta segunda vuelta... y sin embargo sigue fuera de los puestos de descenso

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17:58

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Logroño

Jornadas de intensa reflexión en el Logroñés. Llevan dos días sin trabajar... al menos sobre el césped. Algunos pensaréis que están siendo 48 horas para buscar un nuevo entrenador. Pero sobre todo están siendo 48 horas determinantes para observar el nivel del problema al que se enfrenta este equipo. Los datos son tremendos: ha sumado 8 de los últimos 51 puntos disputados. No ha ganado aún en esta segunda vuelta, donde solo ha sumado cuatro puntos. La última victoria data del pasado 2 de enero ante el Mirandés. Es el peor equipo de largo de la categoría, y sin embargo, es algo increíble, difícilmente entendible, el equipo sigue una jornada más fuera de los puestos de descenso.

Ya es un único punto de distancia el que mantiene este equipo respecto a los puestos de descenso. Es incomprensible que un equipo con tan malos resultados durante tanto tiempo siga fuera de los puestos de descenso. Y solo restan doce jornadas para el final del campeonato, y el Logroñés, aunque sea increíble, sigue cumpliendo el objetivo: lograr la salvación.

Pero seguimos teniendo la sensación de que esto es pan para hoy y hambre para mañana. Seguimos teniendo la sensación de que el equipo ha desaprovechado una oportunidad increíble para haber logrado ya puntos suficientes como para tener un final de temporada complicado pero con alguna tarea adelantada.

Después de una gran primera vuelta, el equipo se ha venido abajo. No haber ganado al Oviedo en Las Gaunas, y los malos resultados ante rivales directos como Alcorcón, Sabadell, Albacete o Lugo, donde el equipo ha acumulado errores defensivos inexplicables, han llevado a la plantilla a un estado de ansiedad increíble. Y ahora, en cuanto recibe un golpe cae a la lona y se muestra incapaz de levantarse.

El gol del Albacete en el minuto 93 en el Carlos Belmonte acabó por descoser a un equipo herido y sin reacción. Ya lo demostró ante el Málaga. Recibió ese primer gol en el minuto 43 tras un buen primer tiempo, y en la segunda mitad se deshizo como un azucarillo en un café. Y qué decir de lo vivido el pasado sábado en el RCDE Stadium de Cornellá el Prat. Completó un partido impropio en esta categoría, y lo cierto es que ya van unos cuántos. La diferencia entre el Logroñés y el resto de equipos que pelean por la permanencia es que mientras el resto pelea y rinde a pesar de acumular derrotas, normales en las plantillas que pelean por la salvación, el Logroñés ni tan siquiera planta cara, mostrándose como un equipo de categoría inferior, sin argumentos para contrarrestar al menos alguno de los atributos de los rivales.

Porque perder contra el Espanyol en su estadio es lo lógico, es lo natural. Hubiera sido una gran sorpresa haber sumado al menos un punto.

Pero el equipo salió frío, menos intenso que su rival, con menor ritmo, y cuando parecía que había aplacado en algo el furor inicial del super Espanyol, los riojanos recibieron el primero y a partir de ahí arrancaron seis minutos vergonzosos para cualquier equipo, también para este Logroñés. Seis minutos de incomparecencia por parte del equipo de Sergio Rodríguez. Y eso sí que no tiene justificación alguna. Se puede perder, lo más normal era perder, pero hasta en la derrota puede haber algo de estilo. Y este equipo ha perdido el norte.

Los jugadores no tienen soluciones, y Sergio Rodríguez, que durante un buen tramo del campeonato ha sido uno de los técnicos más intervencionistas con continuos cambios en el esquema para hallar soluciones que sorprendieran a sus rivales (basta recordar lo que sucedió en Cartagena, en Tenerife...), ahora mismo no introduce variación alguna porque sencillamente no ve las cosas con claridad. No observa qué puede hacer para mantener a su equipo en pie, que insiste en devorarse a sí mismo sin necesidad de que el contario se emplee a fondo. De ahí los errores defensivos permanentes.

Finalmente fue un 4-0, y porque el Espanyol pisó el freno y no quiso hacer más daño del necesario al que es de largo el peor equipo de Segunda en estos momentos. 8 de los últimos 51 puntos en juego.

Así que seguro que te estás haciendo una pregunta: ¿y ahora qué? Pregunta importante porque mantener la categoría es vital, después de tantos años para conseguir el ascenso al fútbol profesional.

¿Y ahora qué?, verdad. Partiendo de la premisa de que el equipo está devorado, de que la plantilla y el cuerpo técnico parecen destrozados, desubicados, incluso superados por la categoría... Se observa sobre el césped pero también en sus declaraciones, el cambio de entrenador es un argumento habitual en este tipo de situaciones. Solo por el hecho de al menos intentar una reacción, visto, entendéis, que Sergio Rodríguez no parece en disposición ahora mismo de lograr una reacción en sus jugadores, que siguen en caída libre y han entrado en barrena como se pudo comprobar hace una semana en Las Gaunas ante el Málaga y este pasado sábado en Barcelona ante el Espanyol. El Málaga, con lo justo, le pudo hacer tres; el Espanyol, con casi todo salvo Raúl de Tomás, le hizo tres en seis minutos, y luego ya bajó el furor porque tampoco querían destrozar al simpático equipo de La Rioja.

Es normal pensar que el equipo necesita un cambio de entrenador. Es lógico cree en esta solución. Porque parece que no queda nada más que se pueda hacer. Pero ahora mismo, el club no valora esta opción. No ha habido cambio de planes pese a la pésima imagen del equipo ante el Espanyol. Se mantiene en la línea que os explicábamos la semana pasada: Sergio Rodríguez tiene la confianza plena de la dirección. No es una confianza inquebrantable, claro. Los malos resultados y la pésima imagen pasan factura. Pero de ahí a mover ficha va un trecho en este club. O eso parece.

Esto es fútbol, en cualquier momento puede producirse un giro de los acontecimientos, pero ahora mismo, el club no tiene previsto movimiento alguno. 48 horas de reflexión para seguir en sus trece de que Sergio Rodríguez es parte de la solución y no el problema. Y no sé si será la solución, pero el problema, seguro, no es Sergio Rodríguez. Eso es lo que entienden en el club. Igual la cuestión es que no tienen claro qué entrenador puede solventar los déficits de una plantilla que en esta transición hacia el fútbol profesional se ganó el derecho a jugar en Segunda. Y con 17 jugadores de Segunda B al equipo le ha durado la energía tres meses: septiembre, octubre y noviembre.

Pero a partir de diciembre, cuando empezaron a llegar las primeras advertencias por parte del técnico de que esto iba a ser realmente duro, recordad aquello de que "íbamos a sufrir muchísimo", el equipo se está desmoronando, perdido en la derrota, en las lesiones, en los errores propios, en el desacierto, en las malas decisiones deportivas... Por eso, ahora mismo el Logroñés es un equipo impropio de Segunda. No está a la altura de la competición, y sin embargo sigue fuera de los puestos de descenso.

Así que mientras hay vida hay esperanza. Lo está haciendo tan mal este equipo y sigue fuera del descenso, que los pesimistas advierten que el equipo ya está descendido aunque no lo sepa aún. Y los optimistas se aferran a que está yendo todo tan mal y aún así no están en los puestos de descenso que a nada que mejoren este se salva seguro. Pero lo único cierto es el calendario que tiene por delante el equipo. Rivales directos, Cartagena, Castellón, y Zaragoza. Visitarán Las Gaunas Fuenlabrada o Las Palmas... el resto son rivales de la otra liga, es decir, Rayo Vallecano, Ponferradina, Mirandés, Girona, Leganés, Almería...

Solo el tiempo dirá si la suerte ya está echada o aún hay capacidad de reacción desde la dirección o desde el staf técnico para salir de un rendimiento tan nefasto por parte de unos futbolistas con carita de perdedores.

Dicho queda, nos pareció tan lamentable la imagen de este equipo en Cornellá el Prat y también el pasado domingo en Las Gaunas ante el Málaga, que buscamos valoraciones fuera de nuestras fronteras regionales. A veces conviene coger distancia para ver cómo nos ven. Ganar altura para ver cómo nos observan. Eduard Paris es compañero de Fondo Segunda, y nos va a ayudar a saber qué le está pasando a este Logroñés para no estar a la altura de la categoría o al menos esa sensación está dejando.

 
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