"Muchos vienen a aprender a tejer para dejar de fumar o calmar su ansiedad"

PALMA

Tras el confinamiento, han emergido nuevas aficiones, entre ellas, hacer ganchillo o tejer. Muchos, al estar más tiempo en casa, han querido aprender a realizar este tipo de manualidades, con múltiples beneficios para la salud mental.

Carol y su familia regentan una mercería en la calle Blanquerna de Palma y lo confirman: muchos vecinos han querido iniciarse y descubrir el mundo del ganchillo, el macramé o el tejer. Destaca, sobre todo, el incremento de gente joven.

"Está subiendo muchísimo el público cada vez más joven. Antes la media era de unos 40 años. Ahora están empezando a venir muchas chicas de 20, 25 y 30. Muchísima gente joven", cuenta Carol.

Además de para hacer ropa, bolsos y distintos accesorios, el tejer o hacer ganchillo siempre se ha dicho que sirve para relajarse. Y está científicamente comprobado: la psicóloga palmesana Lola Pujadas explica que estos movimientos con las manos y los brazos acaban en la parte emocional del cerebro. Y allí, en este punto, se produce sensación de bienestar. Por eso, es una muy buena idea para calmar el estrés o incluso la depresión.

"Por una parte hay aprendizaje y memoria, sobre todo para personas mayores. Para las personas que están atravesando una etapa difícil, les viene muy bien tener ocupadas las manos, porque van directamente a movilizar el cerebro y pasan a la parte emocional. Repercute muchísimo en la salud mental", explica la psicóloga Pujadas.

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Carol lo confirma: muchos llegan a su local para aprender a tejer y calmar así su ansiedad: "Muchos vienen a aprender a tejer para dejar de fumar o calmar su ansiedad. También viene gente con depresiones. Esto de verdad que ha ayudado a muchísimas personas".

Y es que hoy en día no solo tejen mujeres mayores. En los últimos años, y en especial tras el confinamiento, cada vez son más jóvenes, mujeres y hombres, los que se animan a redescubrir esta práctica, con siglos de historia.