Encomendados al "efecto Fabregat"
El catalán debuta este sábado en el banquillo de la Balompédica en Villacañas
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Fabregat en un entrenamiento / Alfonso Fernández (UB Conquense)
![Fabregat en un entrenamiento](https://cadenaser.com/resizer/v2/DCPNDKW2TRN4TDU2PEPOXCDCV4.jpg?auth=91e0cd2f800afa9bce239f80972eda9ba5c43cf46f97a0ab7d1104ce293a65be)
Cuenca
El Conquense se encomienda al efecto Fabregat para intentar asaltar Las Pirámides ante el Villacañas y salir del lío en el que se ha metido tras encadenar seis jornadas sin ganar y en las que sólo ha sumado tres puntos de dieciocho posibles.
La semana ha sido convulsa en el seno de la Balompédica con la destitución de Fran García, que al final no ha sido capaz de sacar rendimiento a una plantilla que parecía diseñada por su peor enemigo.
No tuvo el club capacidad de ver la que se avecinaba durante el mercado de invierno para recomponer una plantilla mal diseñada. La única incorporación fue la llegada de Alberto Lozano, un jugador de gran calidad pero que llevaba siete meses retirado, lo que requería de un tiempo de adaptación como se ha demostrado. Un tiempo que el Conquense no tenía. Sólo hemos podido ver pinceladas de su fútbol y el equipo necesitaba ayuda inmediata.
Al final de aquellos lodos llegan estos barros y se optó por la decisión más sencilla cuando ya no queda otra. Cargarse al entrenador y confiar en que eso sirva para despertar a un equipo que estaba aletargado.
Hasta esta decisión llega tarde. Si al final te vas a cargar al entrenador, mejor hubiese sido un mes antes. A él le quitas ya una losa de encima, ya mostraba síntomas de bloqueo, y al nuevo le das más tiempo para trabajar. Ahora, con sólo tres jornadas para intentar no caer en la promoción de descenso a Preferente toca encomendarse a ese efecto que ha traído de ilusión el catalán a una afición que ya estaba demasiado decaída y desilusionada, como nunca lo había estado.
Fabregat es un entrenador querido por la parroquia blanquinegra. Hace siete años perdonó parte del dinero que le quedaba por cobrar en su primera etapa en Cuenca y lloró emocionado en la rueda de prensa de su despedida. Nunca vi a ningún otro entrenador hacer eso. Tiene carisma y destila fútbol por los poros de la piel. Haber compartido vestuario con Mario Alberto Kempes debe dar tablas. El mejor fútbol que en la última década ha visto la Fuensanta fue con el de Tortosa en el banquillo. Ojalá tenga suerte y el Conquense en el año de su 75 aniversario no tenga que luchar por caer a Preferente y, seguramente, desaparecer.