Rafael González, enfermero en UCI: "Los pacientes te enseñan las cosas que son importantes de verdad"
El sanitario asegura que "la pandemia está siendo como un campeonato de boxeo en el que cada ola es un asalto"
Córdoba
Cuando el mundo cambió, Rafael González fue una de las piezas en la primera línea de defensa contra el SARS-CoV-2. Como enfermero intensivista, ha compatibilizado su labor en los hospitales Cruz Roja y Reina Sofía de Córdoba con la investigación.
Fruto de la misma, recibió el reconocimiento del Colegio Oficial de Enfermería de Córdoba por un estudio sobre los efectos positivos del decúbito prono (colocación del paciente bocabajo) para mejorar la capacidad de ventilación pulmonar de los pacientes. Técnica sobre la que trató de "estandarizar un protocolo" a finales de 2019 sin imaginar, en aquel entonces, que un nuevo virus respiratorio le obligaría a ponerla en práctica casi a diario.
Un año después del primer Decreto de Estado de Alarma del gobierno central, González atiende a La SER para explicar cómo ha vivido la pandemia desde el interior de una Unidad de Cuidados Intensivos.
Rafael González: "La Enfermería es coger un catéter, pero también sujetar la mano de tu paciente"
01:25
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
¿Cuál es tu primer recuerdo del 14 de marzo de 2020?
Miedo. Aunque en las semanas previas habíamos recibido alguna formación, es muy distinto a cuando confirmamos que había llegado el primer paciente crítico por COVID al Cruz Roja.
Creo que en todo esto ha sido fundamental el equipo humano, tanto en Cruz Roja como en el Reina Sofía. Desde compañeros a reponsables, hubo un momento en que nos miramos a la cara y dijimos 'podemos con esto y con más'.
Esos primeros casos, suponemos que os plantearon muchas dudas...
Era un desconocimiento total. Recuerdo que la sensación era 'joder, no sabemos a qué nos enfrentamos'. Sabíamos de un cuadro clínico de tos, fiebre y disnea, pero por ejemplo el primer paciente Covid con el que yo tuve contacto presentaba deshidratación por diarrea. Al día siguiente, brotaba un caso nuevo con una sintomatología completamente distinta.
Todo el personal sanitario estábamos muy descolocados y ha sido un aprendizaje diario, porque teníamos que tener miras muy amplias y considerar cualquier mínimo síntoma como sospechoso.
Además, en alquel momento para que te hicieran una PCR [Reacción en Cadena de la Polimerasa, prueba de detección de material genético del virus] la situación tenía que estar muy clara para que el epidemiólogo diera su visto bueno.
¿Por qué te decantaste por la Enfermería? ¿Imaginaste al terminar la formación que ibas a enfrentarte a una situación como esta?
Creo que lo tenía bastante claro. Siempre fui un tipo algo vago que dejaba todo para el último momento, pero desde el Bachillerato veía que la vocación sanitaria me llamaba, pero hasta que no tocas terreno en un hospital no sabes si es realmente lo que quieres.
Mi madre creía que no iba a ser capaz de aislarme del sufrimiento de los pacientes y me animaba a hacer otra cosa.
Pero recuerdo mi primer día en una Unidad de Cuidados Paliativos. Pese a todo el sufrimiento que ves, sientes que eres parte de algo importante.
Da igual a lo que te dediques, yo cuando voy a trabajar siendo que puedo hacer algo bonito.
"EL ARTE DE CUIDAR ES ALGO QUE TE LLENA DÍA A DÍA"
El arte de cuidar es algo que llena día a día. Cuando tienes un paciente y con el mero gesto de ayudarle a beber te devuelve tanto agradecimiento, eso te hace sentir que estás en la profesión más bonita del mundo.
Y por supuesto que jamás imaginé esto. Parecía una película de Ciencia Ficción en la que ahora llevamos un año.
Ya que los periodistas no podemos entrar, ¿cómo es una UCI por dentro?
Los profesionales que trabajamos en UCI venimos luchando desde hace tiempo por humanizar esa parte de los hospitales. La población tiene la percepción de que 'a la UCI se va a morir'. Y queremos hacer ver a los pacientes todo lo contrario.
Intentamos que la recepción se lo más cálida posible, aunque es cierto que, por ejemplo, los desproveemos de su intimidad y les tenemos que tener completamente desnudos porque ante cualquier imprevisto hay que reaccionar muy rápidamente.
Hay técnicas agresivas pero intentamos compensarlo haciendo sentir al paciente que no está solo, porque además el COVID nos obliga a alejar a las familias.
La Enfermería no es solo coger un catéter, sino cogerle la mano al paciente o sentarte a su lado, darle ánimo y conversación.
Un año después, la pandemia nos deja casi 900 fallecidos en la provincia de Córdoba. Una cifra detrás de la que hay personas, familias y mucho dolor. ¿Cómo habéis procesado vosotros esto?
Es muy duro. Esta pandemia nos ha dado un guantazo de realidad a los sanitarios, que en muchas ocasiones nos hemos creído estar por encima de muchas cosas. Intentamos curar en la medida de lo posible y, además, acompañar.
Hay recuerdos muy duros que voy a tener para siempre, porque muchos pacientes tienen el miedo principal de pensar que los vamos a dormir y ya nunca más van a despertar. Tienes que armarte de valor y decirle que vas a estar ahí cuando vuelva a abrir los ojos.
Pero es cierto que son muchos los que no han superado la enfermedad. Te queda el malestar porque para ti era importante que esa persona saliese adelante.
Cuando llegas a casa e intentas procesarlo te quedas con haber hecho todo lo posible, como por ejemplo, hacer una videollamada con su familia antes de la sedación.
Llevaba razón tu madre, por lo de la empatía...
Intentamos separarlo muy bien pero es imposible. Cuando estableces una relación con un paciente es imposible cortarla al cien por cien. Es lo que nos hace humanos.
Acabas conectando con ellos y encontrando puntos en común. Este tipo de pacientes te abren la mente y hacen que te des cuenta de lo que es realmente importante en la vida.
Procuro aislarme en la medida de lo posible, pero es innegable que nos llevamos más de un quebradero de cabeza a casa.
"EMPATIZAR CON LOS PACIENTES ES LO QUE NOS HACE HUMANOS"
La pandemia ha limitado la vida de todos. ¿A los sanitarios os ha quedado algún resquicio de vida personal?
[Risas] La población está muy cansada y no es para menos, porque el esfuerzo que se nos está pidiendo es enorme.
Pero es cierto que la vida personal de los sanitarios ha sido especialmente limitada. Ya no solo por sentir que estaba en juego nuestra vida, sino que al estar tan expuestos al virus sentíamos que podíamos ser un vector de transmisión de la enfermedad a nuestras familias.
Sabemos de primera mano cómo puede dejarte la Covid y procesar que puedes contagiar a un familiar como 'daño colateral' de tu trabajo es muy difícil de asumir. Supone un estrés mental muy fuerte.
¿Qué añoras más de la 'antigua normalidad'?
Necesitamos un poco de vida social y contacto humano. Echo mucho de menos abrazar a los que quiero y me quieren.
Cuéntanos el momento en que te vacunaste.
Es emocionante. Se me saltaron las lágrimas porque sientes que, después de todo, llega algo que pone algo de freno al virus.
Con la segunda dosis pasas 24 o 48 horas 'malo como un perro', pero cuando pasa una semana piensas '¡Tengo anticuerpos, soy inmune!'. Ahora sí que estamos preparados. Nos ha dado mucho ánimo.
Y sobre ánimo, suponemos que también habrá momentos que te lleves a casa, pero en el buen sentido. Son muchos los pacientes que han salido de la UCI
Muchísimos. Eso es lo que nos ayuda a seguir día a día.
Recuerdo tres o cuatro pacientes de mi última etapa en Cruz Roja, que pese a su estado de gravedad, lucharon contra la enfermedad como auténticos campeones. Quizá 16 horas colocados bocabajo.
Cuando al cabo del tiempo vienen a verte, totalmente recuperados, es tal el subidón y el disparo de adrenalina que no se puede describir.
Hay muchas ramas de la Sanidad que no están muy reconocidas, pero esta forma de recompensarnos que tienen los pacientes con nosotros es fenomenal.
Y dentro del hospital, ¿cómo vivís las subidas y bajadas en los ingresos?
La pandemia está siendo como un campeonato de boxeo y cada ola es un asalto. El problema es que cada oleada nos pilla más débiles física y psicológicamente.
Pese a ser sanitario, intento ser comprensivo y puedo asegurar que todos somos conscientes de que la Economía no puede pararse.
La única solución posible es la conciencia social. Que cada uno se siente a pensar qué puede hacer porque la situación mejore o, al menos, no empeore. La hostelería, por ejemplo, no es un foco de contagio, sino las conductas de riesgo y saltarse las medidas.
"LA PANDEMIA ES COMO UN COMBATE DE BOXEO Y CADA OLA ES UN ASALTO"
La población debe comprender que los recursos materiales y de personal de la Sanidad son limitados. No podemos permitirnos llegar a una situación en la que no podamos dar lo máximo por cada uno de nuestros pacientes. Después de toda la lucha y de que ya estamos muy mermados psicológicamente, no podemos quedarnos con la espinita clavada de no haber hecho más por cada una de las personas hospitalizadas por falta de recursos personales o materiales, o porque lleguen muchísimos ingresos al mismo tiempo.
Álvaro Guerrero Jiménez
Redactor y editor en los servicios informativos de la Cadena SER en Córdoba. Previamente ha trabajado...