Que viene el lobo

Córdoba

Ya casi vemos el fin de la pandemia.

Nos vemos en la playa, nos vemos abrazándonos y besándonos, casi que no nos lo creemos…

Pues es que sí, con o sin mascarillas, en pocos meses la pesadilla habrá acabado… y todo volverá a ser como antes… ¿cómo antes? ¿perdona?

Desde los primeros días de confinamiento yo, como tú, supe ver la crisis económica que vendría después. No soy economista, pero dos y dos son cuatro. Rápidamente supe ver la inmensa deuda que las medidas de ayuda de emergencia para empresas, autónomos y familias estaba generando. También tuve muy claro que no había otro camino. Millones de personas, no sólo en nuestro país, en todo el mundo, dejaron de ingresar dinero, se quedaron a cero. Sin dinero. Con deudas, sin ingresos. Cero.

Y lo peor no es eso, lo peor es que tenemos la mala costumbre de comer todos los días, de ducharnos con agua caliente, de aclimatar nuestros hogares, de vestirnos, de tener que pagar hipotecas, alquileres, préstamos o medicinas.

Todos lo hemos sabido desde el inicio, la deuda acumulada la tenemos que pagar y más aún, la heredarán nuestros hijos. Dos y dos no son cero. Llegó el lobo y como nos descuidemos nos va a comer.

Me alucina escuchar las noticias. Aportan datos de paro, deuda acumulada, empresas que cierran… como si fuera una primicia. Una novedad. Como si nada supiéramos. Ohhhh sorpresa!!!! Viene otra gran crisis.

Los partidos de la oposición machacarán a los gobiernos, sean locales, autonómicos o estatales. Serán alimañas haciendo leña del árbol caído. Irán a muerte.

Si eso es así, ciertamente todo volverá a ser como antes.

Pero hay un plan B. Remar todos a favor. O eso, o el lobo, no dejará una oveja viva.