Borrasca isleña en el Nuevo Mirador (0-3)

Lo de Filomena queda en una anécdota. El equipo de la Isla de León, el San Fernando, ha arrasado con el hasta ahora líder, el Algeciras, por 0 goles a 3, dejando a su paso un reguero de miedos y desconfianza. Según Salva Ballesta no ocurre nada, son cosas del fútbol, bien pueden los chavales ir a tomarse una cerveza porque si no se consigue el ascenso, no pasa nada, no existe desestabilidad. Curiosa forma de motivar la del técnico local.

Y hablando de motivar, sorprendente ha sido la unión de toda la afición durante toda la semana, tratando de enviar su aliento mediante los vídeos subidos a redes sociales, en el intento de apoyar a los jugadores que a su vez hicieron conjura para dedicarle el partido al recientemente lesionado Telis; circunstancias que, en todo caso, no supieron aprovechar.

Ya en el once inicial se apreciaba el problema principal del Algeciras en esta segunda vuelta: miedo a perder lo conseguido hasta ahora. Para buscar el deseado “un punto más, un partido menos”, ponía en liza Ballesta un equipo con la excepcionalidad de Corbalán haciendo las veces de central, cinco centrocampistas (con Llinares viajando del extremo izquierdo a la delantera) y un solo atacante nato, Ubis. Por su parte, el San Fernando iba con todo, esto es, Biabiany, Omar, Hugo Rodríguez y Francis Ferrón.

Pese a la vocación ofensiva de los jugadores de Stankovic, el partido comenzó con los isleños estableciendo la primera línea de presión justo en el centro del campo. Podría decirse que el San Fernando estaba dejando al Algeciras sobar la pelota en terreno propio, algo que encanta al técnico algecirista. Parece ser que dieron cierta confianza para, llegado el momento, adelantar líneas y jugar con los nervios de la zaga. Esto sucedió en el momento en el que Espejo, en el minuto 16, falla regalando un balón a Biabiany, que introduce el balón en la meta rival. Duro mazazo. Es la tercera ocasión que la parte de atrás regala un gol al rival al empecinarse en sacar la pelota tocando bajo cualquier circunstancia. Es loable la intención, así como el empeño, pero cuando no funciona hay que saber verlo y cambiar. Sin duda, esto marcó el devenir del encuentro.

A partir de ese momento todos los fantasmas volvieron a cernirse sobre el Nuevo Mirador. Resulta curioso ver cómo el míster, Salva, niega la existencia de unos nervios que todo el mundo puede apreciar, que toman forma en el juego y los goles rivales, un equipo que, desarmado, trata de presionar arriba colocándose de manera irregular y con huecos, repliega tarde y es romo en ataque. En las Antípodas de la primera vuelta. Las espaldas de los laterales, además, eran hoy utilizadas por Hugo Rodríguez y Biabiany, sin duda justificando el tremendo potencial de los isleños, algo innegable pero que quizás hoy encontraba poca resistencia, como el entrenador rojiblanco luego reconocería al señalar la importancia de los deméritos de los suyos. Un tiro lejano y desviado de Raúl, así como un remate de cabeza de Ubis en el minuto 30 fueron el único bagaje atacante que se llevó el Algeciras al descanso, que antes vería cómo una pérdida de Espejo en posiciones adelantadas acababa en un contragolpe letal, uno de tantos, rematado por dos veces por Omar Perdomo ante el pasmo de los jugadores locales.

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Se esperaba que para el descanso hubiera revolución, que al menos metiera un atacante más, como Romero, el jugador que tanto le ha dado a este equipo, o Canillas, que demostró que al menos tenía movilidad y remate. Pero no, todo igual. Mismo plan de partido; el peso recaía en un voluntarioso Yelko Pino, que se recorrió todo el campo durante el encuentro buscando un boquete por el que introducir la pelota para llevarla a la portería rival, completamente inexpugnable, con un San Fernando perfectamente replegado esperando otra contra a la carrera. Además, se obstinaba el Algeciras en centrar al área donde el único delantero seguía siendo Ubis y se sumaban en ocasiones Raúl Hernández y Alex Barrera. No se puede decir que los chavales no demostraron ganas. En ocasiones hasta el propio Robin tocaba balones en el área rival. Sin embargo no existían las ideas, no había movilidad delante del balón, al igual que no había huecos. Empresa complicada la remontada.

En el turno de cambios, el equipo visitante dio entrada a Bernal por Omar Perdomo, tratando de buscar calidad con la pelota y cierto criterio e incluso Biabiany, la pesadilla en el costado izquierdo algecirista, fue sustituido. Por parte de los rojiblancos se dio entrada a Álvaro Romero por Melchor en el minuto 68, algo tarde si lo que se pretendía era buscar la machada. Espejo salió a su vez por Sales pero ni delantero ni centrocampista lograron lo que sus compañeros estuvieron buscando. Todavía quedó tiempo para otra contra visitante, acabada por Bernal, que ponía el 0-3 en el marcador del Nuevo Mirador. Una tormenta perfecta.

Pierde así el liderato el Algeciras a manos del San Fernando, que igualando a puntos se lleva el golaverage, componiendo un grupo de batalla donde Tamaraceite, Sanluqueño y Balona se presentan también como candidatos. Está claro que la entidad de la Menacha la componen futbolistas de tremendo calibre, que han logrado algo impresionante y que por lo tanto pueden hacer lo que sea de aquí al final ya que sigue quedando lo mismo, dos victorias. Pero toca hacer autocrítica, ver dónde están los fallos (seguro que en su mayoría son mentales), reconocer que los nervios son malos compañeros de viaje (desde el técnico hasta los jugadores) y tratar de coger una escalera a la que subirse para agarrar la manzana con las dos manos, sin que nos la quite nadie, sin que se adelanten. En dos semanas contra el Cádiz B convendría salir desde el once inicial a buscar la victoria. Quien quiera peces que se moje el culo.