La afición del Calahorra no tiene precio

Logroño

Esta es una historia de las que te reconcilia no sólo con el deporte sino con la vida. Más aún en tiempos de pandemia. Es la historia de Héctor Moreno, que megáfono en mano y cumpliendo en todo momento las duras restricciones que marca la pandemia en La Rioja, no cejó en su empeño de animar a su equipo del alma durante el reciente duelo regional contra la SD Logroñés celebrado en de La Planilla.

En juego el sueño de ascender a Segunda. Pero eso no es lo importante. Lo importante, en realidad, es que jugaba el equipo de su ciudad. Y, ante esta circunstancia, se superan todos los obstáculos.

"Esto es una forma de vida. Entendemos Calahorra y el CD Calahorra como una pasión, es nuestra ciudad y nuestro equipo". Y, por ellos, hasta el fin del mundo.

"El otro día no pudimos estar todos [los componentes de Crianza Rojilla], pero estábamos todos", asegura Merino. "Había un campo vacío, sin afición; es una pena, las circunstancias son así, pero el campo estaba lleno". "Ahí estaba toda la afición del Calahorra", añade Merino, "un loco", en sus propias palabras que no dejó de animar en todo momento.

Un gesto con el que Crianza Rojilla ha logrado que, para muchos aficionados, desde ahora, el Calahorra sea su segundo equipo en La Rioja. Y Merino nos regala una reflexión: "El fútbol sin afición no es nada; así que, entre todos, debemos darle la importancia que merece la parte pasional del fútbol". Y termina con el gripo de guerra: "¡Aúpa, Calahorra y aúpa, La Rioja!".

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