Ruta a la estación de Enguídanos y al gran viaducto sobre el río Narboneta

Cuenca

Esta semana, en el espacio Nos vamos de excursión que coordina Fernando Carreras, de EcoExperience, y que emitimos los viernes en Hoy por Hoy Cuenca, aprovechamos que está suprimido el servicio de tren convencional entre Cuenca y Utiel, por la caída de árboles y desperfectos causados por las nevadas, para visitar una de las estaciones abandonas que encontramos en esta línea y quizás una de las que se encuentran en un entorno más impresionante, la estación o apeadero de Enguídanos.

FERNANDO CARRERAS. Aunque suene extraño, no vamos a llegar a la estación desde el pueblo de Enguídanos, ya que se encuentra a quince kilómetros, lo haremos desde la carretera que va desde Víllora hasta Mira. Para ello salimos de Cuenca hasta Carboneras de Guadazaón, cogemos el desvío a Cardenete, seguimos, pasamos el pueblo de Víllora y a unos doce kilómetros, dirección Mira, vamos a ver a mano derecha de la carretera un camino de tierra, con un indicador que nos marca estación de tren.

En este punto, dejamos nuestro coche y nos disponemos a bajar por una pista de tierra, que se encuentra en muy buen estado. Vamos entre un bosque de pinos carrascos, con coscojas, enebros, retamas y brezos, y nos sorprenderá la gran zona boscosa, que de hecho, en los primeros tramos nos costará hasta pensar donde puede haber una estación o vía del tren por aquí.

Según bajamos, vemos de frente a nosotros una enorme construcción en la línea del tren. Es el gran viaducto de Torres-Quevedo de 680 metros de longitud y 23 arcos que salva el desnivel generado por el río de Narboneta.

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Seguimos bajando y poco a poco vemos a lo lejos la estación que, como el resto de las de la línea, es obra de Secundino Zuazo.

Presenta un edificio principal de dos plantas al lado de la vía y dos almacenes con muelle de carga, dos conjuntos de viviendas unifamiliares, uno con cuatro viviendas y otro con dos, además del pequeño módulo de aseos para viajeros. En este caso, pese a ser una estación abandonada, como el resto que se incluyeron en el proyecto Serranía en vía, se encuentra en bastante buen estado, de manera que podemos ver perfectamente las paredes, puertas y ventanas de la estación, aunque el interior se encuentra totalmente destrozado.

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La estación fue inaugurada en noviembre de 1947 y por la gran cantidad de edificios debía ser una estación de gran importancia. Podemos pasear por las orillas de la vía. A mano izquierda de la misma tenemos un túnel y a la derecha el viaducto del que nos impresiona sobre todo, además de su longitud, la gran altitud que salva y el impresionante paisaje que vemos a ambos lados del desfiladero.

Desde este punto, volveremos de nuevo al vehículo, de manera que realizamos un total de unos cinco kilómetros, una ruta bastante sencilla y en la que adema del paisaje natural, encontramos restos de abandonos que tanto nos gustan y zonas de gran belleza para fotografiar, ya que es cierto que este espacio guarda un ambiente mágico.

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