Madrid después de los disturbios
Los comerciantes del centro de la capital lamentan los desperfectos sufridos tras la manifestación del miércoles en apoyo al rapero Pablo Hasél
Vista de una tienda a través de su cristalera rota tras una noche de protestas, en Madrid. / Eduardo Parra - Europa Press (Europa Press)
Madrid
Magalí recoge minuciosamente los restos de vidrio que quedan frente a su lotería. "Aquí -dice mientras señala la entrada de su local- había una puerta de cristal. Como ves, no queda rastro", se lamenta. Las trabajadoras del estanco contiguo a su administración, ayudan a retirar de la acera los fragmentos que atestiguan la fiereza de los disturbios ocurridos este miércoles, tras la concentración en contra del encarcelamiento de Pablo Hasél.
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"Es una vergüenza", exclaman los comerciantes de la calle Arenal, en el centro de la capital, mientras reparan los desperfectos de sus escaparates. Magalí, visiblemente afectada, comparte esa indignación. "Es doloroso. Ha sido muy duro encontrarse todo así. Estuve viendo las imágenes a través de la televisión. Estaba muy agobiada. Me planteé incluso venir para evitar más daños", asegura.
Esta empleada de la lotería 'El Elefante Blanco' ha dedicado toda la mañana a adecentar el acceso a la administración, como muchos vendedores que ni tan siquiera han sido capaces de abrir debido al estado de sus locales. "Yo entiendo que la gente quiera manifestarse, pero no así. No es justo hacer daño a negocios, a personas, que somos completamente ajenas a esto", dice emocionada.
El local del Magalí fue forzado por algunos manifestantes durante los disturbios, que rompieron la puerta del negocio a golpes, ayudados por una señal de tráfico, según cuenta.
Mónica, empleada de una tienda de cosméticos ubicada en la misma acera, comparte la misma versión de los hechos. "Hemos tenido todo tipo de manifestaciones y nunca, nunca, había sucedido algo así. Yo estaba presente cuando comenzaron los problemas y sentí miedo. Había mucha agresividad: gritos, golpes en el escaparate... nunca habíamos visto esto", afirma.
Los principales enfrentamientos entre los manifestantes y la policía sucedieron alrededor de las ocho de la tarde, tan solo una hora después de que comenzara la convocatoria. La policía ya había avisado a los comerciantes y vecinos de posibles disturbios, aunque ninguno imaginaba que llegaran a ocasionar hasta 55 heridos -entre ellos, 32 agentes-, según fuentes policiales, que confirman también 19 detenidos, de los cuales seis son menores de edad.
Sin embargo, algunos comerciantes califican la cifra de detenidos como insuficiente después de las imágenes que dejó la noche del miércoles. Carlos, dueño de un quiosco en la céntrica plaza de Sol, recrimina la "impunidad" con la que suelen actuar algunos manifestantes. "Esta no es la primera vez que sucede algo así. Hay medios para evitarlo, pero da la sensación de que no se hace nada. Es lo de siempre: gente que viene a destrozar todo lo que puede. Es la segunda vez que me sucede", asegura.
El agobio de Carlos se acentúa después de toda una mañana perdida entre llamadas a la aseguradora ,declaraciones a los medios y la visita de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida. Sin embargo, ha querido mantener el estado de su quiosco hasta que lleguen los peritos, aunque lo que más le preocupa no son las valoraciones económicas. "Quiero que la gente vea también cómo ha quedado esto. Es indignante que nos hayan destrozado el negocio a quienes no tenemos nada que ver. Estamos pasándolas canutas desde el principio de la pandemia. Llevo abriendo desde el inicio de la pandemia, como otros compañeros, y esto es lo que nos faltaba", asegura.
