José María, un luchador enamorado de los animales y las plantas

Roa

José María Bombín tiene 74 años. Los últimos 8 los ha pasado en la residencia de Roa, aunque él es natural de Villaescusa, y hoy hemos conocido el afán que siempre ha tenido por los animales y las plantas. Ya en el jardín de su casa llamaba la atención por cómo lo tenía decorado. Y esa pasión por los animales sigue patente, porque es el encargado del gallinero de la residencia. Cada día, con su mochila de oxígeno en la espalda, Bombín se encarga de las gallinas. Y buena mano tiene con ellas, desde luego, como ha contado el director del centro, Jorge Sainz.

"Tengo que contar la anécdota de que un día las gallinas volaron. No habíamos puesto una red encima de la valla y se salieron del gallinero. Cuando nos avisaron se lo dijimos a José María, que a ver si ponía orden. Y es que fue salir hacia el gallinero y cuando le vieron todas las gallinas como si fueran perrillos iban detrás de él, completamente disciplinadas, se metieron en el gallinero", relata.

Bombín nos ha contado cómo ha sido su compleja vida. "Yo he sido hijo de labradores y mi padre tenía labranza y ganadería. Cuidaba cochinos y gallinas, lo aviaba. Trabajando he estado hasta hoy. Tuve un problema endémico al poco tiempo a nacer, me debió dar un ataque de polio, y eso me lo dijeron hace cuatro años. Los médicos me decían que no era nada, pero mira, aquí estoy. Si la vida es dura hay que hacerla blanda. Yo estuve estudiando pero en bachiller tuve que dejarlo. Y ya trabajando el médico me dijo que debía dejar el ganado proque tenía problemas de huesos y estómago", asevera.

Ante la situación que atravesaba y la necesidad de estar bien acompañado -recomendado por los médicos- Bombín no se lo pensó dos veces y con poco más de 65 años decidió ingresar en la residencia. Y no se arrepiente. "Mejor que en el pueblo estoy, porque estoy acompañado y se pasa el tiempo más agradable. Aquí por la mañana hacemos ejercicio, leo un poco la prensa, desayunamos, arreglo la habitación y hacemos gimnasia, leo algún libro y doy una vuelta por el jardín. Está muy bonito y bien cuidado pero yo no hago nada eh, el que se encarga lo hace bien", sentencia entre risas.

José María es uno de los muchos mayores de la residencia de Roa que, ya inmunizados, esperan ver apagarse una pandemia que también ha cambiado sus vidas. Pero si en nuestra mano está hacérsela más llevadera, que no duden en contar con nosotros y contarnos sus historias de vida. Que falta hacen.

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