El efecto Matilda
Comentario inicial de David Perdomo, en 'Hoy por Hoy Las Palmas'
Las Palmas de Gran Canaria
Les voy a hacer una pregunta del Trivial: ¿sabrían decirme quién era Mileva Maric?. Tampoco se sientan mal si no lo saben. Es difícil que conozcan a esta mujer a no ser que sean seguidores de Albert Einstein. Porque Mileva fue la primera esposa del bueno de Albert. Y así de injusta es la Historia con ella. Se le recuerda como "la mujer de" cuando Mileva era, y pudo haber sido mucho, más.
Esta mujer nació en Serbia y desde pequeñita ya destacaba por su inteligencia. Llegó hasta a la universidad y para ello su padre tuvo que firmar una autorización especial porque en aquella época, en el siglo XIX, ver a una mujer por allí era más raro que la Teoría de la Relatividad. Estudio Matemáticas y Física, cuando conoció el amor. Ese genio del que se quedó embarazada sin estar casados. Un escándalo. Una situación que, según algunas fuentes, impidió que superara el último examen para graduarse. Mileva dejó así de ser, principalmente, matemática para convertirse en madre y esposa. Si hoy en día las mujeres lo tiene complicado para conciliciar imagínense lo que era hace ya más de 100 años.
Algunas historiadores creen que Mileva fue crucial para el trabajo de Albert. Para ello se basan en las cartas que se intercambiaron durante su noviazgo en el que hablan de "nuestro trabajo" o "nuestras fuerzas moleculares". Y algunos van más allá y aseguran que el trabajo de Einstein dejó de ser brillante cuando se separó de Mileva. Y como se pueden imaginar, esta historia no tiene final feliz. Al menos para Mileva . Su exmarido siguió trabajando, escribiendo teorías y hasta ganando un premio Nobel. Ella se dedicó a cuidar de sus hijos hasta el final de sus días.
A Mileva se le considera una de las víctimas del llamado Efecto Matilda, un prejuicio en contra de reconocer los logros de las mujeres científicas, cuyo trabajo a menudo se atribuye a sus colegas masculinos. Un efecto que hoy, aunque en menor medida, siguen sufriendo estas genios. Sí, porque la palabra genia no existe, al menos no con el significado de persona muy inteligente. Hoy dedicamos este programa a todas esas Matildas como Mileva. Y, también, a las niñas que pueden llegar a ser lo que a Mileva y a otras tantas le negaron.