Sociedad
SOCIEDAD POBREZA

Familias que buscan una oportunidad en los pueblos

Iniciativas como "Pueblos Madrina", de la Fundación Madrina, están ofreciendo esta opción a personas en situación de pobreza con hijos que no pueden sobrevivir en las grandes ciudades, contribuyendo también a que la "España vaciada" pueda repoblarse.

"Madrinas rastreadoras" hablan con alcaldes, párrocos o maestros de pequeños pueblos en los que faltan niños por las calles y, a cambio de alojamiento gratuito, ayudan a que familias vulnerables puedan trasladarse a esas zonas rurales despobladas, que les abren una nueva oportunidad de vida.

A Santa María del Berrocal, en Ávila, han llegado esta semana dos familias que suman diez niños, explica la ONG. Con ellos -en el pueblo hasta ahora solo vivían dos niños- se evitará cerrar el colegio, al ser ya 14 con los nuevos residentes, e incluso tendrán que solicitar dos aulas a Inspección de Educación.

El alcalde de Santa María del Berrocal, José Reviriego, explica que se enteraron de que existía este proyecto a través de un vídeo sobre una familia que había llegado a la localidad de Muñotello. Ahora han acogido a 14 nuevos vecinos. Se alojan en unas casas propiedad del Ayuntamiento, con un alquiler social. El trabajo al que pueden aspirar en la zona puede estar vinculado a la construcción o a la atención a personas dependientes.

Esta iniciativa, que nació hace 16 años con el objetivo de ayudar a familias que se encuentran en situación de calle o de desahucio en grandes ciudades, realoja hasta tres familias y 15 niños cada semana en zonas rurales.

Sus perfiles son familias migrantes y españolas, pero durante los meses de pandemia han aumentando las españolas, destaca la fundación, que alerta de la necesidad de estas iniciativas.

A la Fundación Madrina llegan más de 10 familias diarias que engrosan una lista de espera de más de 500. Las familias con hijos a cargo y las madres gestantes presentan la mayor vulnerabilidad, porque tienen mayores dificultades de empleo y de acceso a un hogar.

La presión permanente de desahucio unido a condiciones inhumanas de convivencia en los hogares donde se hacinan los miembros de una misma familia en una habitación u hogar, genera estrés, enfermedades y fracaso escolar; estos mismos niños, cuando van al entorno rural son más felices, desapareciendo el estrés y mejorando las calificaciones escolares, señala la ONG.

"Cuando llegamos al pueblo con las nuevas familias, nos reciben con entusiasmo el alcalde, los concejales y especialmente los maestros. Saben muy bien que sin niños el pueblo se muere", asegura Conrado Giménez, presidente de la Fundación Madrina.

Hasta la fecha, Fundación Madrina ha ayudado a salir de las grandes urbes y a comenzar una nueva vida en las zonas rurales a más de 300 familias y mujeres, y a un millar de menores de 3 años, en pueblos de las provincias de Ávila, Guadalajara, Segovia y Extremadura, entre otros.

 
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